La odisea de Israel
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La odisea de Israel
El Estado de Israel se estableció de manera “artificial” desde la ocupación británica que dominó ese territorio a partir del inicio de la Primera Guerra Mundial. Con una minoría judía que habitaba ese territorio, los británicos fueron implantando población de ese origen.
Inglaterra obtuvo su administración legal como protectorado en 1922; fue parte del reparto de las colonias, de los mercados, de los botines, después de terminada la primera guerra. El 14 de mayo de 1948, Israel proclama su independencia.
El sistema político de Israel está conformado por tres poderes. Sus instituciones más importantes son el presidente, la Knéset (parlamento unicameral), el primer ministro con su gabinete y su poder judicial.
Las elecciones en Israel se realizaron de manera anticipada el 17 de septiembre de 2019 para conformar el Knéset; esto se dio a razón de que la anterior conformación parlamentaria se disolvió al no poder generar las condiciones necesarias para establecer un gobierno; esto ha significado el primer fracaso de este tipo en la historia de este país.
Benjamin Netanyahu no logró consolidar el gobierno desde abril pasado, pero sí logró convencer a la mayoría de convocar nuevamente a elecciones para no permitir que cualquier otro candidato intente reclutar apoyos para formar un gobierno.
Con una participación del 69.4 por ciento, hace una semana, con el 90 por ciento de las mesas escrutadas, lo único que quedó claro es que ni Benjamin Netanyahu, ni Benny Gantz obtuvieron mayoría en el Parlamento. Para poder formar un gobierno, cualquiera de ellos necesita al menos 61 sobre un total de 120 escaños.
Con frenesí en estos días, crecieron las especulaciones sobre los posibles escenarios. Finalmente, los resultados no cambiaron y a final de cuentas, se generó un bloqueo político en ese país.
Hace un par de días, el presidente Rivlin reunió a los dos líderes para evitar un posible colapso político y para evitar una nueva repetición de elecciones. La intentona de librarse de las arenas movedizas, abrió la puerta con esta reunión, al dialogo que pueda desembocar en un gobierno de gran coalición en donde ni la derecha, ni la centroizquierda han podido conformar un bloque.
En un país que margina a los que no profesan religión judía, que muchos de sus partidos van en contra de la diversidad sexual y muchas libertades del mundo contemporáneo; un Estado que incluso cada vez acorrala más a los ciudadanos laicos, se encuentra hoy entre un primer ministro que ha gobernado 13 años –los últimos 10 de forma consecutiva– de manera ultraotordoxa y entre un cambio que considera que un exgeneral puede abrir otra senda.
Aunque sabemos que Israel es un país más conservador e individualista que cuando fue guiado por una izquierda colectivista; una paz y un verdadero Estado se pudieran dar con un cambio de administración y no dejando a un Netanyahu que próximamente comparecerá ante el fiscal general por una eventual culpa por tres casos de soborno y fraude.
Una sociedad política, es la forma más intensa y vinculadora de organización de la vida colectiva; cualquiera observaría, que existen varias maneras de dar forma a esta organización según los lugares y tiempo. ¿Israel sabe o conoce hoy cuáles son esas maneras?