A la ocasión la pintan calva

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A la ocasión la pintan calva

El Quijote I, Prólogo

En el prólogo a la I Parte de El Quijote, su autor, Miguel de Cervantes, se dirige al “desocupado lector” para decirle: “quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y el más discreto que pudiera imaginarse”.

Sin embargo, cree que no le será fácil lograrlo por su “estéril y mal cultivado ingenio”, aun para redactar el Prólogo. En esas está cuando, escribe Cervantes, “entró a deshora un amigo mío gracioso y bien entendido” que le hace diversas recomendaciones.
Entre otras, que en lugar de “andar mendigando sentencias” de filósofos, escritores sagrados, poetas, retóricos y aun santos, busque mejor escribir “a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas dando a entender vuestros conceptos, sin intricarlos ni oscurecerlos”. Y en efecto, así lo hace.

Inmediatamente después del Prólogo, Cervantes incluye una decena de textos en verso, de los cuales ocho son sonetos, que diversos y legendarios personajes de los libros de caballerías dedican a don Quijote, a Dulcinea del Toboso y a Sancho Panza, amén de un diálogo entre los caballos Babieca y Rocinante.

En el soneto que don Belianís de Grecia dedica a don Quijote de la Mancha, se lee: Tuve a mis pies postrada a la Fortuna,  /  y trajo del copete mi cordura  /  a la CALVA OCASIÓN al estricote.

El fragmento transcrito hace recordar un conocido dicho que reza: a la ocasión la pintan calva, es decir, que cuanta oportunidad se presente hay que aprovecharla. El refrán tiene su origen en que se decía que la suerte sólo contaba con un mechón de pelo en la frente, de manera que si éste no se cogía rápidamente, la oportunidad se escapa.

@jagarciavilla
JUAN ANTONIO GARCÍA VILLA
LOS REFRANES DEL QUIJOTE