La nueva realidad financiera para consumidores y usuarios de servicios financieros llego muy pronto. Así es, nos empezábamos a imaginar sucursales bancarias sin personas atendiendo las cajas, centros comerciales con auto cobro para el cliente, comensales de restaurantes sin estar en el establecimiento, compra de automóviles sin salir de casa, tiendas departamentales con un mínimo de gente por la compra por internet con mejores precios, además de un sin número de aplicaciones para bienes y servicios donde la palabra automatización seria el precedente.

El COVID-19 ha dejado al descubierto una nueva realidad en el consumo de bienes y servicios y aquel proveedor formal de ellos que no se suba al tren de la innovación estará encaminado a estancarse y paulatinamente a desaparecer. También el propio consumidor debe de entender que esta nueva realidad le ayuda a sus finanzas personales pues baja de sobremanera muchos costos, tiempo y gastos que se hace regularmente al consumo y permite una nueva competencia en precios para buscar la mejor opción.

Al final lo que ayudará a la situación económica actual es que se haga equipo entre consumidor y proveedor para que camine el comercio en un año 2020 que parece eterno y hasta cierto punto ya perdido. Lo que viene será al mediano plazo ahí estará el secreto de la recuperación económica, antes no.