La nueva oleada de plazas comerciales en Torreón: ¿qué reflejan?
Por Francisco Rodríguez
Fotos: Francisco Rodríguez
Diseño: Edgar de la Garza
Edición: Quetzali García
Sobre la carretera Torreón-San Pedro y el periférico Raúl López Sánchez, decenas de trabajadores de la construcción erigen lo que será la plaza comercial Almanara, un desarrollo de 100 mil metros cuadrados que alojará 26 mil metros cuadrados de espacios comerciales; negocios que se sumarán a las 28 mil 600 “unidades económicas” (negocios) que según el INEGI, se hallan en Torreón.
A unos metros de Almanara está el centro comercial Galerías Laguna, el primer gran “mall”, junto a plaza Cuatro Caminos, que se construyó en Torreón en 2001. Desde entonces, el surgimiento de nuevas plazas y centros comerciales ha crecido al ritmo de casi seis por año.
Durante los últimos 14 años, la dirección de Ordenamiento Territorial y Urbanismo de Torreón tiene registradas 81 nuevas plazas comerciales, según una respuesta a una solicitud de información. En general no son grandes malls como Galerías Laguna, más bien son plazas pequeñas y medianas, muchas de ellas asentadas en corredores creados sobre colonias, en esquinas de bulevares donde han pululado los letreros de “se renta local comercial”.
Aunque especialistas no consideran que se trate de un nuevo “boom” de plazas comerciales en Torreón, sí encuentran pros y contras en temas económicos, de uso de suelo, espacio público y movilidad.
Comercio absorbe demanda de empleo
Para Daniel González, analista económico, maestro de la Facultad de Administración Fiscal y Financiera, la nueva oleada de plazas comerciales refleja que la ciudad no ha encontrado una nueva actividad económica que haya venido a sustituir el colapso de la actividad textil, cuando entre 2002 y 2003 se perdieron 20 mil empleos.
Según el economista, no se han encontrado nuevas actividades económicas que puedan reactivar a la Comarca Lagunera como motores de desarrollo. “Tenemos una especie de stand by, se han generado plazas comerciales de menor escala, con sectores económicos más tradicionales, con otro perfil”, considera.
González cree que en los dos últimos años, pareciera que se está presentando una reactivación en la economía de la región que está incentivando la llegada de nuevas generaciones de plazas comerciales.
Daniel González explica que por principio de cuenta, el comercio genera o cumple con la demanda de empleo de la ciudad, aunque cree que no es tan boyante como se quisiera.
Dice que eso también se refleja en la afectación al tema de los salarios. “La actividad reduce los salarios de calidad en la región. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, el 45% de los empleos que se generan en la región son para personas con secundaria terminada; eso te habla que son actividades que no necesitan mucha especialización, mucha innovación, capacidades intelectuales, técnicas y de ingenierías. Entonces el tema de comercio y servicios te absorbe el tema de empleo pero te deprime el tema de los salarios”, reflexiona.
-¿Pareciera entonces que el dinero sólo está circulando entre la gente? –pregunto al especialista.
-El tema de fondo es que con estos empleos que no generan el suficiente valor agregado, se genera una dinámica de comercio donde se vuelve una región de autoconsumo. Lo que se necesita es inversión directa, proceso de intercambios de bienes y servicios con otras regiones, y no solo este círculo de intercambio que es una característica de economías en vías de desarrollo, sectores de autoconsumo.
Para Eduardo Holguín, director del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), existe una concepción falsa del sector servicios, pues asegura que las economías más fuertes están sustentadas en este sector y por el contrario, se van alejando de sectores industriales. “El sector servicios puede ser tan fuerte como el sector industrial. No sé por qué la menospreciamos, la industria de alimentos es muy potente”, afirma.
El director del IMPLAN no cree que el número de plazas comerciales se haya volcado, sino que el comercio se ha ajustado a la demanda y existen estudios previos.
Mientras que Holguín cree que se genera un círculo virtuoso sobre el sector comercial, González señala que también representa que dos de cada tres personas en la ciudad, gana entre 2 y 4 salarios mínimos.
Holguín compara que el sector servicios en Torreón es de los mejores, y mientras en Saltillo crece la industria grande, las grandes empresas; en Torreón se privilegia la micro, chica y mediana empresa: en los dos últimos años (2017 y 2018) se abrieron en Torreón más de 3 mil nuevos negocios, de acuerdo a los datos de licencias mercantiles. Y aun así el Producto Interno Bruto de crecimiento entre Torreón y Saltillo es parecido, afirma Holguín.
Según el directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del INEGI, Torreón tiene 600 comercios más que Saltillo.
Daniel González menciona que la ciudad tiene que generar alrededor de 8 mil nuevos empleos anuales, según estudios que ha realizado. Por tal motivo, dice que en principio de cuenta se deben generar esos empleos y ya con una actividad económica más sana, ver cuáles sectores genera valor agregado.
El economista no considera que sea exagerado el crecimiento de plazas comerciales en Torreón. Amplía en que la dinámica comercial está creciendo en la misma dimensión que la economía de la región, pero aclara que no se ve lo mismo en cuanto al crecimiento de otros sectores. “No van al mismo paso que el comercio y el servicio. Da la impresión que las plazas crecen en demasía”, explica.
Así mismo. González opina que lo más sencillo es generar sectores comerciales que invertir en áreas que generen un valor agregado. “Es cómodo, el retorno de la inversión es más fácil en el corto y mediano plazo”.
Además, refiere que las condiciones de oferta y demanda marcan la pauta, pues el economista tiene la impresión que estas plazas no están desapareciendo, sino que permanecen en el mercado.
Sectores mono funcionales y un centro disperso
Dentro de los problemas que involucra el crecimiento de plazas comerciales, Eduardo Holguín, director del IMPLAN, refiere que muchas zonas de la ciudad se han convertido en sectores “mono funcionales”, pues en Torreón el comercio se centra en un área, la industria en otra y la vivienda en otra.
Estas cuestiones, explica, generan problemas fuertes de movilidad. “Pero ya es una característica del desarrollo urbano de la ciudad”, considera.
En la zona de Mieleras está la industria, la vivienda de alto nivel en la zona norte, la vivienda de bajo nivel en el oriente. “En McAllen hay de todo, hay desarrollos habitacionales, comercio, el club, la escuela, todo en el mismo lugar”, dice Holguín.
Reconoce que ese modelo se tiene que romper, y sólo es posible si a la larga se crea un reglamento y un nuevo programa rector de desarrollo urbano. “Estamos trabajando para cambiar los usos de suelo, y lograr tener un uso de suelo mixto, como las ciudades modernas”, explica.
Almanara, el nuevo gran “mall” de Torreón, se presume en su página de internet como un desarrollo de usos mixtos “donde conviven espacios comerciales, departamentos y hotel, ofreciendo a la ciudad una propuesta completa y diferenciada que será el destino favorito de muchos”.
Pero en la mayoría de los sectores comerciales y nuevas plazas, lo único que se ven son locales y más locales.
Para Aldo Villarreal Murra, director de Ordenamiento Territorial y Urbanismo del municipio de Torreón, la ciudad ha transformado sus modelos urbanos a lo largo de los años, pues antes en el centro de la ciudad, asegura, prevalecía el uso de suelo mixto, donde se tenía la actividad comercial en las plantas bajas, con escalas más amigables a los peatones. “Conforme la ciudad va creciendo, la escala agarra otras dimensiones”, dice.
Además, refiere que se cambió el esquema mixto del centro a causa de la influencia del modernismo de los cincuentas y la utilización del automóvil. Villarreal Murra comenta que ahora la ciudad tiene diferentes modelos urbanos y el reto es hacerlos compatibles unos con otros. Asegura que no se puede cambiar un modelo de ciudad porque éste ya está definido.
“Lo que tenemos que pensar es cómo mejorar la movilidad, mejorar la mixtura de los usos de la tierra, cómo hacer políticas donde la gente viva cerca de sus negocios, de sus trabajos, cómo ir tejiendo esta ciudad”, considera.
Holguín resalta que es necesario crear políticas públicas que levanten la densidad poblacional y equilibren el crecimiento, pues asegura que la mancha urbana está creciendo siete veces contra tres veces la población, cuando debe ser uno a uno.
Además, el director del IMPLAN dice que hay varios desequilibrios estructurales como que todo el comercio se concentre en el bulevar Independencia y no haya allí zonas relacionadas con vivienda o industria, o que no se controle uso del automóvil.
Algunos sectores como El Fresno, albergan en un tramo de tres kilómetros, nueve plazas comerciales que ofrecen en su gran mayoría servicios de alimentos.
Al director del IMPLAN le gustaría que desarrollos comerciales llegaran al centro y no fueran únicamente restaurantes y bares. “Tenemos que instrumentar políticas públicas que nos expandan más al centro”, comenta. ¿La razón? El centro es un área con poca densidad de población, pues se hallan en promedio 10 habitantes por hectárea, cuando ONU Hábitat recomienda una media de 150 habitantes.
El problema, explica Holguín, es que el centro le cuesta a la ciudad su mantenimiento, pero es un costo muerto porque está vacío.
Plazas no son incluyentes
Jorge Alberto Guerrero, presidente del Colegio de Arquitectos de La Laguna, comenta que el crecimiento de las plazas comerciales se ha replicado a lo largo del país. Considera que es un efecto dominó en el sentido de cómo ha ido desarrollándose el comercio y capturándose en estas plazas. “Ha tenido auge recopilar varios negocios, servicios de primera necesidad”, indica.
Sin embargo, para Guerrero, el total de plazas en Torreón no son el total de las que debería tener una ciudad como ésta, ni tampoco el espacio que deberían abarcar. Explica que las plazas locales, al final de cuentas sólo engloban el tema comercial y carecen de un espacio más incluyente, en el sentido que se conviertan en espacios utilizados por todos los ciudadanos.
“Lo que necesitamos son áreas de recreación no solo áreas comerciales. Torreón carece de áreas recreativas, son muy pocas, son espacios recreativos donde se excluye al comercio, necesitamos que todo esté integrado”, opina.
Mientras en Torreón se han construido 81 plazas comerciales desde 2006, los espacios públicos y gratuitos creados por el gobierno han sido mínimos.
Asegura que en el Colegio de Arquitectos están pugnando porque se desarrolle el uso de suelo mixto y se generen polígonos de acción, es decir, espacios donde en una, dos, tres, cuatro manzanas, se pueda conjugar el área de comercio, el área recreativa y el área de vivienda.
No obstante, para el especialista se está “bastante” atrasado para poner esto en práctica. Ejemplifica que la avenida Morelos ha funcionado en un espacio determinado donde despunta el tema de bar y antro pero a ciertas horas, mientras que después de esos días u horas, se pierde el espíritu de integración.
“Es donde tenemos que incluir todos los aspectos de la vida. Por eso el tema de uso mixto: ahí vives, ahí compras y ahí te recreas”, resume Guerrero.
El uso de suelo mixto evitaría que los habitantes tengan que ir al norte para acudir a plazas comerciales, donde, refiere el arquitecto, se enclaustra a la ciudadanía en una especie de paseo, que no es más que ver aparadores donde hay tiendas de marcas que te llevan al consumo, pero no ofrecen nada recreativo.
“Te ofrece espacios donde puedes comprar, comer, pero el tema fundamental es el consumir. Creemos que las plazas deberían tener esa integración: ámbito recreativo, comercial, desarrollo económico, donde pudiera haber varios negocios, un lugar donde se pudiera estar sin consumir”, considera.
Para Jorge Guerrero, del Colegio de Arquitectos, la autoridad no tiene voluntad de escuchar y de atender la temática.
Expone que dichos polígonos de acción evitarían que los habitantes se dispersaran. “El punto de incluir es estar en un ambiente de inclusión, familiar, el cual se carece y no se está, se está disperso. Si quieres ir a un centro comercial, no puedes acudir sin consumir, desde que tienes que pagar estacionamiento ya estás consumiendo y pagando por ese derecho de estar ahí”, explica.
Guerrero aclara que las plazas son bienvenidas. “Qué bueno que crezcan y se detonen proyectos para la construcción”, dice. Sin embargo, enfatiza la necesidad de que tengan una orientación incluyente, donde todos puedan asistir y si se quiere consumir, se consuma, si se quiere sólo pasear, se pasee, pero que no se esté obligado a consumir. “Se ha perdido la convivencia”, comenta.
Espacio público y movilidad
Para el presidente del Colegio de Arquitectos, Jorge Guerrero, las plazas comerciales, como están siendo concebidas y construidas, derivan en la pérdida del espacio público, pues para empezar se privatiza el espacio y se genera una necesidad de consumir.
“No es que estemos en contra de estos negocios, qué bueno que vengan marcas y haya pluralidad de opciones, pero sí tenemos que ser más incluyentes y tenemos que pensar en todos, no solo en el que tiene el poder adquisitivo de comprar, sino también de quien solo quiere convivir”, insiste.
Recuerda que propusieron que la temática del Paseo Colón, se replicara por las noches, donde se cerrara la avenida y los lugares sacaran sillas y mesas al borde de la vialidad, en un ambiente donde todas las familias pudieran caminar y florecieran todo tipo de negocios. Pero no prosperó.
Para el arquitecto, los polígonos de acción deben migrar a esa integración, y para ello se necesitan espacios verticales, donde se tenga la oficina, vivienda, restaurante y espacio recreativo. “El tema de los polígonos de acción resulta porque tienes todo a la mano. Qué beneficio tiene, pues no tienes un gasto de servicio, ni económico porque todo está alrededor”.
Guerrero considera que cada vez es más complicado llevar un servicio al norte u oriente de la ciudad, pues tienes que crear rutas más largas, terminas en horarios largos dentro del camión y por consecuencia hay una desintegración social. “Pasas más tiempo sobre el asfalto que en tu casa”, añade.
El presidente del Colegio de Arquitectos lamenta que se siga privatizando el espacio. Analiza que pareciera se siguen creando islas, burbujas dentro de la ciudad. “La oferta que ofrecen es ir por mi necesidad de consumo, no genero ninguna otra actividad”, recalca.
Eso se traduce, explica, en que se busquen realizar vialidades más anchas para que quepan más carros y se olvida al peatón.
Para Guerrero, ir a la plaza o centro comercial involucra trasladarte en un auto porque no hay otra forma. “No hay espacios peatonales, no existen. Privilegiamos al automovilista. Tenemos que migrar a que el peatón tenga su espacio primero”, dice.
Aldo Villarreal Murra, director de Ordenamiento Territorial y Urbanismo del municipio de Torreón, coincide en los nuevos corredores urbanos demandan un comercio más pensado en el automóvil, mucho de ellos, opina, influenciado por ciudades norteamericanas.
“Es un problema, la dependencia del automóvil se ha ido incrementando, no solamente la accesibilidad a los negocios, la escala de los anuncios, y situaciones que van generando la complicación de la ciudad”, menciona Villarreal Murra.
Guerrero y Villarreal platican de la nueva agenda urbana de la ONU, donde se va exigiendo que la ciudad sea incluyente, donde se apliquen reglamentos que promuevan el uso mixto, donde se tengan mayores densidades en las ciudades, donde se haga más eficiente la vida y se acorten distancias de movilidad.
“Falta más conciencia. Hay ley de asentamientos urbanos, desarrollo urbano, reglamentos de construcción; debemos migrar ya a los nuevos reglamentos”, enfatiza Jorge Guerrero.
Las reglas del juego, pueden mejorar siempre, expone Aldo Villarreal, y señala que los desarrolladores no solo deben hacer vivienda y comercio, sino que juntos, “tenemos que hacer ciudad para que sea sustentable”.
DAÑOS COLATERALES DE LA CRISIS TEXTIL
La nueva oleada de plazas comerciales refleja que la ciudad no ha encontrado una nueva actividad económica que haya venido a sustituir el colapso de la actividad textil, cuando entre 2002 y 2003 se perdieron 20 mil empleos.
ATACAN LOS GIGANTES DE CEMENTO
Es necesario crear políticas públicas que levanten la densidad poblacional y equilibren el crecimiento, pues la mancha urbana está creciendo siete veces contra tres veces la población... cuando debe ser uno a uno.
¿Y la recreación?
Se requieren espacios integrales
Torreón carece de áreas recreativas, son muy pocas donde hay espacios que excluyan al comercio.
Atraso
Los especialistas aclaran que la ciudad no persigue un espíritu de integración más allá de los bares o puestos de ventas.
EL DATO
81 nuevas plazas se han abierto en Torreón durante los últimos 14 años.
600 comercios más que Saltillo tiene Torreón, según estadísticas del INEGI