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'La Monja': El hábito no hace al género
Calificación: 5.2 de 10
Dividamos “La Monja” (“The Nun”): en partes y en conjunto. Qué nos hace sentir sus instantes individuales y qué el resultado general. Cuál es la idea a gran escala y cuáles son los pasos de su fórmula. La cuarta película dentro del universo de “El Conjuro” (“The Conjuring”) viene, primero, de la idea de que estas cintas no sólo son exitosas en taquilla, sino que tienen una seriedad y un cierto respeto por parte del público.
Luego, intenta juntar tantos sustos como le sea posible, con la idea de que eso es lo más importante: mantener a un personaje entre las sombras, en silencio, hasta que algún espectro salta de la nada. Es, si lo vemos cínicamente, la fórmula clásica y del cliché más absurdo. Un lugar embrujado y unos tipos recorriéndolo como en La Casa de los Espantos. A final de cuentas, ¿qué nos hace sentir todo esto?
Pues no mucho, la experiencia es desabrida rayando en lo decepcionante. El principal problema es que creo que las expectativas son demasiado altas para un producto de esta naturaleza. Tal vez debían echarle más ganas. Tal vez no es tan terrible, pero tampoco podría decir que es buena.
La cinta cuenta la historia del demonio que apareció en “El Conjuro 2” (2016), ese que sale de una pintura y tiene aspecto de monja con maquillaje gótico. Vamos años atrás de esos eventos, a Romania, donde una monja se ha suicidado. El Vaticano sospecha que hay algo más detrás, así que mandan al Padre Burke (Demián Bichir) a investigar el asunto, diciéndole que en el camino se lleve a la hermana Irene (Taissa Farmiga), una novicia que todavía no toma sus votos, para que le ayude. Juntos llegan a un pequeño pueblo, donde conocen al chico (Jonas Bloquet) que descubrió el cadáver de la religiosa y está bien enterado de las tradiciones del lugar. Él los lleva al sitio de los hechos, un convento aparentemente maldito, donde los investigadores se quedarán por unos días a pesar de las advertencias. Ahí se toparán con unas monjas que se ocultan y casi no dan la cara y pronto será evidente que algo no está bien y hay una fuerza demoniaca rondando.
Cuando algo pega en el cine, sobre todo en el de terror, se busca repetir la idea hasta exprimirle el último centavo. Al menos ya pasó de moda el “found footage” filmado en primera persona con cámaras borrosas y en constante movimiento. Gracias al éxito de las cintas de “El Conjuro”, dirigidas por James Wan, ahora la moda impone un poco más de trabajo y seriedad, una atmósfera más tradicional, digamos. Luego, como también está de moda hacer universos cinematográficos compartidos, salieron dos filmes de “Annabelle”, la muñeca maldita, la primera bastante mala, la otra un poquito más decente. Ahora llega “La Monja”, con su historia separada, pero relacionada con las otras. Y hablando de fórmulas, debemos decir que ese es el principal problema de esta nueva cinta. ¿Cuál es el secreto de James Wan?, se preguntan los productores de “La Monja”: pues un monstruo feo, los sustos, personajes investigando cosas, tal vez, es más, háblale a la hermana menor de Vera Farmiga, la que hace a Lorraine Warren en esas pelis, capaz y también funciona.
Pues no se trata nada más de juntar elementos a lo loco. “La Monja” termina por ser una serie de secuencias que pretenden asustar. Hay silencio y sabemos que en algún momento algo va a aparecer. Así hasta que se acaba. ¿Cuál es la historia? No importa. ¿Qué están investigando exactamente los protagonistas? Tampoco importa. Mucho cariño y felicidades a Demián Bichir pero, ¿qué razón de ser tiene su personaje ahí? En algún punto se acuerda que alguna vez, en el pasado, le hizo un exorcismo a un niño, el cual luego se le aparece y lo guía hasta un cementerio, cuyas tumbas tienen una campanita, como precaución por si alguien era enterrado vivo y así pudiera pedir ayuda desde abajo jalando un hilo. El espíritu maligno, ya no sé si del niño o de La Monja, entierra al Bichir, quien se salva con el antes mencionado método.
¿Entonces? El demonio sólo quería jugar, ¿o qué? Si tuvo el poder para encerrar a un hombre varios metros bajo tierra, ¿no podía quietarle la campana?
Este claro ejemplo de escritura perezosa se repite muchas veces. Es un mal intento de copiar a James Wan. Las cintas de “El Conjuro” han obtenido cierto prestigio, por tratar al terror con seriedad y hacer sustos bien trabajados y pensados. Aquí es como si entendieran eso a medias o alguien menos competente buscara el mismo objetivo. Y bueno, en este ejercicio de prueba y error le atinan un par de veces. Creo que la primera secuencia es buena, algunas partes del final y una donde el personaje de Farmiga está en su cuarto encerrada, aunque no sé si estoy confundido, porque estas escenas se repiten tantas veces, sin cuidar ritmo ni atmósfera, que ya no sé bien qué pasa antes y después (y eso que la vi hace poco). Está tan mal en este ámbito que la cinta brilla más en sus momentos de comedia, que involucran al personaje de Jonas Bloquet, el cual desentona con todo lo demás y parece haber salido de alguna otra película, una mucho mejor que la que estamos viendo, sin duda.
Yo sé que a muchos les cuesta trabajo aceptar la comedia en el terror, una combinación que sólo los más acérrimos fanáticos del género saben disfrutar, pero creo que a “La Monja” le hubiera venido mejor alejarse de “El Conjuro” y exagerarlo todo. Una comedia gore donde Bloquet y Bichir asesinen a diestra y siniestra a monjas zombis. Ya hemos visto varias películas de fantasmas en este universo, ¿por qué no explorar otros subgéneros del terror? Corin Hardy, director de este filme, sólo había hecho antes “The Hallow” (2015), una historia bastante buena de monstruos en un bosque, que termina con un hombre empuñando una guadaña en llamas.
Yo creo que mejor le hubieran dado libertad creativa al señor Hardy. No iba a agradar a todos, pero creo que hubiera sido una decisión más valiente y atinada. En fin, “La Monja” pudo ser muchas cosas, pero es una cinta de terror bastante mala, con algunos sustos efectivos que igual y sirve para quienes sólo quieren pasarla bien, aunque sea riéndose de lo mala que es.
El dato
Director: Corin Hardy
Elenco: Demián Bichir, Taissa Farmiga, Jonas Bloquet, Bonnie Aarons, Charlotte Hope, Ingrid Bisu Jonny Coyne.
Género: Terror
Clasificación: B15
Duración: 96 minutos