La mirada íntima de Criss Poulain, una cronista de la lente

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La mirada íntima de Criss Poulain, una cronista de la lente

Foto: Omar Saucedo / VANGUARDIA
La fotógrafa saltillense presentó el trabajo de cinco años capturando la esencia de momentos especiales de su vida

La fotografía de Criss Poulain es íntima, nace del duelo entre su timidez y la necesidad de expresarse. La mayor parte del tiempo sus sujetos son capturados desprevenidos y por lo mismo son retratados en sus estados más sinceros.

Cinco años ha dedicado la artista saltillense a ejercitar su ojo a través de la cámara y en medio de la cuarentena miró hacia atrás, rescató las imágenes que estaban casi en el olvido y las llevó a los muros de la Taberna el Cerdo de Babel, en una exposición retrospectiva que se inauguró el pasado miércoles 17 de junio y que trajo muchas reflexiones para ella.

En entrevista con VANGUARDIA la fotógrafa comentó que el proceso de la expo comenzó luego de una conversación con amigos y colegas suyos, donde surgió la idea de que la cuarentena había propiciado en ellos el miedo a ser olvidados y ella, al comenzar a revisar sus archivos “me di cuenta que había fotografías buenas que se estaban quedando como en el olvido”.

“Empecé a sacar estas fotografías y empecé a cerrar ciclos”, agregó.

Uno de estos eventos fue el relativo a su identidad y de ahí parte del nombre de la muestra, “Criss Polein, la retrospectiva”, en el que su seudónimo “Poulain”, con el cual muchos la conocen, está tachado, como signo del cierre de este ciclo,

“Salió por la película de Amelie, porque supuestamente me parecía al personaje y como no me sentía con raíces con mis apellidos, porque mi papá no me dio sus apellidos y tengo los de mis abuelos, pero mi abuelo se cambió su apellido paterno por el materno, total que tengo un revoltijo y entonces yo solo decía que me llamaba Criss hasta que cambié mi Facebook por Criss Poulain y se me quedó”, expresó y adelantó que su relación con su padre y su apellido es algo que quiere explorar en una serie futura.

Entre sus amigos la pronunciación del nombre cambió poco a poco a “Polein” y esto eventualmente lo reconoció como un alter ego. “Tengo como dos personajes, el de Criss Polein y el que es con mi familia. Entonces es como reconocer a la otra familia que formé a raíz de un alter ego, porque la fotografía me hacía tener estas conexiones”.

Es esta familia, la de Criss Polein, la fotógrafa, la principal protagonista de las series fotográficas que estarán expuestas por un mes en el Cerdo de Babel y en las que se les muestra en estados vulnerables, íntimos y sinceros, a través del ojo atento de la artistas.

Además, muchas de las relaciones de amistad que se muestran comenzaron precisamente por esas fotografías, mientras que otras ya evolucionaron o terminaron, lo que representó a su vez otro cierre de ciclo para ella, uno que le permitirá continuar con sus futuros proyectos artísticos  sin mayores pendientes.

“Fue un ejercicio de estar limpiando para poder comenzar con otras cosas”, explicó, “Checo (Sergio Castillo), me habló desde diciembre de la exposición y yo tenía planeado lo del proyecto Habitación pero con el COVID ya no pude hacer mucho y por algo pasan las cosas; sentía que si no las sacaba en ese momento ya se iban a quedar en el olvido”.

30 fotografías son las que conforman la muestra, algunas testigo de recuerdos que aún provocan sentimientos en la fotógrafa, pues su proceso registra siempre momentos significativos para ella y es lo que las dota de esta aura de intimidad.

“Son fotografías que anclaron momentos para marcar una vida”, comentó, “toda mi obra tiene ese hilo de intimidad y es eso, la retrospectiva de lo que hago”.

Del 2020, recalcó, solo hay una fotografía y es parte de la serie que hizo en la marcha del 8M “algo muy significativo y fue lo último que hice antes de que empezara esta cosa (la cuarentena)”.

“A mí me interesaba fotografiar los gestos, las emociones. Me sentí muy apasionada al acercarme con estas mujeres. Porque realmente yo no fui a la marcha, estuve presente, pero documentando, pero no estaba en el momento”, comentó, “y ya cuando vi las fotografías me gustaron mucho, porque ya tenía también rato sin agarrar la cámara por cuestiones que no fueran de trabajo y ya las subí sin intención de nada y me gustó las reacciones que generaron, porque de ahí nacieron varias relaciones chidas con mujeres que conocí en ese día y por medio de esas fotografías y es lo que me gusta, el estar creando vínculos a través de ellas. Lo disfruté mucho y creo que se vio reflejado”.