‘La maternidad debe ser fruto del deseo y la libre elección’; entrevista con Esther Vivas, autora de ‘Mamá Desobediente’

La periodista, socióloga y escritora española abarca temas como el deseo de ser madre, la elección del parto libre de violencia obstétrica, el derecho al aborto, la depresión postparto y la lactancia materna
Esther Vivas reivindica la maternidad feminista y sin idealizaciones. /Foto: Mireia Bordonada

En su reciente libro “Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad”, Esther Vivas expone que el capitalismo ha dictado la forma contemporánea de maternar, el hecho de retardar la llegada de los hijos hasta tener una mejor situación económica es una forma de evidenciarlo.

Tuve oportunidad de conversar con ella respecto al libro en el que analiza a fondo la maternidad y hace una revisión histórica de ésta. Muestra al final un panorama sobre el parto y la violencia obstétrica que es tan cotidiana en pleno 2021.

P-¿Cómo es el feminismo que abraza la maternidad?

EV- Es un feminismo que entiende que la maternidad es una cuestión que la interpela, porque la maternidad hace referencia a millones de mujeres que tienen hijas e hijos y ya por este motivo la maternidad debería estar en la agenda central feminista. Solo desde el feminismo podemos dotar la maternidad de derechos y solo desde este podemos garantizar una maternidad libre y gozosa. Es aquel que reivindica un parto respetado y sin violencia obstétrica, es aquel que señala que son necesarias licencias de maternidad mucho más amplias que las actuales. Licencias de maternidad compatibles con el postparto, la crianza, la lactancia. Es aquel que reividica una lactancia materna satisfactoria y que la sociedad apoye.a todas aquellas mujeres que desean amamantar. Es aquel que entiende la maternidad como una responsabilidad colectiva y no solo como la responsabilidad de una sola mujer (...).

P- Hay muchos modelos de maternidad, pero todos supeditados al capitalismo y al patriarcado. Modificar el panorama a favor de las madres parece una tarea titánica...

EV- Para que otra maternidad sea posible, otra sociedad es necesaria. Y la idea hegemónica que tenemos de maternidad responde a una sociedad machista, patriarcal y capitalista, de este modo el ideal de buena madre es aquella mamá que es abnegada, sacrificada, que no tiene vida propia, que cuida de los hijos, del marido y de la familia; y que no puede tener otros intereses más allá de la crianza (...). Y al mismo tiempo la buena madre tiene que ser también esa superwoman que te da todo, con un buen cuerpo, que nunca se equivoca, siempre disponible para el empleo, es decir, un prototipo supeditado a una lógica productivista y a un sistema económico neoliberal que supedita todo lo que tenga que ver con la crianza y el cuidado, a lo productivo.

Este ideal de buena madre no nos representa, no representa la maternidad real. Creo que precisamente la tarea del feminismo es disputar ese relato y reivindicar la maternidad real con luces y sombras.

Foto: Cortesía Esther Vivas

P-Apenas en el sexenio anterior hubo una reforma laboral en la que se otorgó un permiso de paternidad de 5 días laborales con goce de sueldo a los hombres trabajadores.

EV- Hay que maternizar la paternidad, los padres deben de sentirse implicados en la crianza, el cuidado de sus criaturas desde el primer momento, evidentemente hay un momento biológico vinculado a la maternidad, nosotras gestamos, parimos y podemos amamantar; pero esto no quita que los hombres no puedan implicarse desde el minuto cero en este cuidado, en esta crianza, me parece que es fundamental y para hacerlo el estado, debe de ampliar los permisos de maternidad que son insultantemente cortos, pero también debe de ampliar los permisos del padre porque al final para un padre cuidar debería ser un deber y un derecho.

P- Hay madres solteras, madres en pareja, madres adoptivas, pero la cuestión del vientre de alquiler la defines como, “la gestación subrogada no es una técnica reproductiva más, sino un proceso biológico mercantilizado por el sistema capitalista, que busca apropiarse de la capacidad de gestación de las mujeres, convirtiendo el útero y el embarazo en objeto de negocio”. ¿Se abusa de la necesidad de algunas mujeres con este proceso?

EV- Sí, la gestación subrogada es un negocio que es básicamente la mercatilización de la capacidad gestante y de los úteros de las mujeres y se aprovecha de las condiciones económicas precarias de muchas mujeres que optan por ser madres gestantes para poder salir adelante y tener unos ingresos económicos determinados. Es muy importante señalar que no se puede ser madre y padre a cualquier precio, porque la gestación subrogada lo que hace es vulnerar los derechos de esa madre que gesta ese bebé y también del bebé. Por un lado la madre es contratada para llevar a un bebé y no puede decidir sobre su cuerpo a lo largo de esos nueve meses de embarazo y a la hora de dar a luz muchas veces es separada de manera inmediata de ese bebé, ni siquiera lo puede ver, ni se le da ninguna información sobre el estado de salud del bebé, son las personas que contratan quienes pueden decidir si esa madre lo va a ver o no. Si se le va a dar información o no, y la mayoría de las veces no es así.

P-La maternidad y la crianza son temas menospreciados. En 2018 la Secretaría de Salud organizó la conferencia “Uniendo esfuerzos por la lactancia materna” y participaron autoridades de la institución, de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y de la Industria Farmacéutica, pero ninguna mujer. Es decir, es un tema en el que deben participar ellos, pero lo impresionante es que no hubiera presencia femenina.

EV- En la maternidad hemos vivido varias experiencias de lo que se llama mansplaining, que consiste básicamente en que los hombres nos explican a las mujeres determinadas cosas en las que las mujeres tenemos más experiencia que ellos, lo que me dices de la lactancia materna es un buen ejemplo.

Los hombres nos explican cómo gestar, cómo parir, cómo amamantar y no quito que haya hombres que hayan hecho grandes contribuciones incluso desde una perspectiva con claves de género pero las mujeres somos quienes gestamos, parimos y amamantamos por lo tanto es importante que se escuche nuestra voz y que también se escuchen las voces de las mujeres especializadas en todas estas cuestiones que también han sido invisibilizadas.

P- Coahuila lleva 10 años con récords de madres adolescentes, en 2019 se reportaron 9 mil 948 casos de madres de entre 11 y 19 años. ¿Crees que la educación sexual debe empezar desde más temprana edad?

EV-Cuando hablamos de los derechos de las madres, del derecho a una maternidad libre y gozosa, pasa por tener derecho a una salud sexual y a una educación sexual y reproductiva. La maternidad siempre debe ser fruto del deseo y la libre elección y las niñas no pueden ser madres. Cuando una niña se convierte en madre, esto es fruto de una sociedad machista y patriarcal que vulnera sus derechos, en la medida en que no existe en México el derecho al aborto en todo el país esto vulnera el derecho de estas niñas y madres adolescentes. Vulnera el derecho a una maternidad libremente elegida.

Foto: Captura de Facebook

P- ¿Ser madre es un derecho?

EV- Es un tema que a veces genera debate porque el derecho a ser madre es el argumento que utilizan los sectores favorables a la gestación subrogada para justificar las prácticas de los vientres de alquiler. Defiendo el derecho a ser madre, pero siempre y cuando éste no vulnere los derechos de terceros, es decir, en la gestación subrogada cuando se apela al derecho a ser madre, para utilizar estas prácticas se apela desde un punto de vista que vulnera los derechos de terceros, de la madre gestante y del bebé, por lo tanto para mí no se puede reivindicar el derecho a ser madre para justificar los vientres de alquiler. Dicho esto, sí es importante reivindicar el derecho a ser madre porque si no éste acaba convirtiéndose en un privilegio de clase, cuando hay mujeres indígenas a las cuales se les ha esterilizado de manera forzosa para impedirles ser madres, vemos cómo se ha vulnerado su derecho solo por cuestiones de clase social y de raza. Cuando reivindicamos el derecho a ser madres, lo reivindicamos para todas las mujeres, independientemente de su clase social y su raza.También lo vemos en los embarazos adolescentes, dónde queda el derecho a ser madre, a menudo son maternidades impuestas, fruto de una sociedad machista y patriarcal. Entonces reivindicar el derecho a ser madre implica que tu puedas elegir si ser madre o no, tener acceso a métodos anticonceptivos. Cuando no se defiende este derecho acaba siendo un privilegio cada vez más en un contexto de crisis económica. En México, en zonas más urbanas hay perfiles sociales de mujeres de clase media precarizada que posponen la maternidad porque no consiguen una cierta estabilidad económica o personal y el deseo de ser madre se pospone fruto de una situación de precariedad laboral es aquí donde la maternidad es un privilegio.