La lógica económica de México ante la crisis mundial

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La lógica económica de México ante la crisis mundial

Los recientes acontecimientos ocasionados por la pandemia global del COVID-19, que precipitó la crisis económica mundial, ha sembrado mucha incertidumbre por lo que puede suscitar, donde se han expresado sus primeras manifestaciones en las distintas esferas económicas (financiera, comercial y productiva); en las que no existe un pronóstico certero de su alcance, ni de la magnitud y amplitud de la contracción de la estructura socio-económica, ni la profundidad de la duración de valle en el ciclo económico (reactivación económica y crecimiento).

México no se quedó ausente del fenómeno ineludible de la desaceleración de la dinámica económica global, mucho menos de los estragos de la pandemia, sin embargo, el ritmo de crecimiento de México era cada vez menor a su periodo anterior, desde la crisis económica mundial del 2009, con un ritmo de decrecimiento promedio desde 2010 0.3% anual (por encima del promedio mundial).

La reproducción de capital cada vez era más lenta desde finales de 2010, siendo menor el reembolso de inversión para la reactivación del ciclo. Cada vez se visualizaba tendencialmente un estancamiento o recesión como una manifestación constante de la composición del sistema económico capitalista dominante.

Según datos de INEGI, la tasa de crecimiento del PIB real de México en 2010 era 5.1% y en 2018 era de 2.1% con un decrecimiento de 3% respecto a 2010, mostrando una lenta tendencia negativa de disminución-retorno de inversión que merma la reproducción de capital, por lo que el aumento desmesurado de la productividad con poco énfasis en empleos y menor salario provocó la pérdida de ingresos familiares, disminuyendo 4.1% en 2018 en comparación con 2016, según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI; manteniendo una tendencia cíclica descendiente.

El gobierno federal está encaminado económicamente en la intervención del estado en el mercado"

Lo que antecede, comparte una lógica inherente del comportamiento dinámico del proceso productivo, que tendencialmente reduce costos para maximizar la ganancia. Lo que desbordará en un efecto de para agilizar su manifestación en la pandemia; así como la reducción de 555 mil empleos suscritos al IMSS y la contracción del PIB del primer trimestre de 2020 en -2.3%.

Por otra parte, México tiene una considerable integración en la cadena productiva global de valor con una fuerte correlación entre los sectores industriales del sur de EEUU y la frontera norte, siendo un país satélite de la metrópolis de integración de valor con una dependencia económica del 90% del sector industrial (principalmente automotriz).

Hace unos días la reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció el desplome histórico del 11.2% de la actividad industrial que no se observaba desde hace 101 años en los Estados Unidos, siendo uno de los tantos efectos de la globalización económica.

Por lo tanto, la lógica del gobierno mexicano para contrarrestar los efectos cíclicos de la tendencia de descenso del sistema capitalista mundial es contrapuesta a los 5 sexenios anteriores, negando su política económica que se afirma como una nueva.

El gobierno federal está encaminado económicamente en la intervención del estado en el mercado, fomentando el consumo y dinamizando la demanda agregada con trasferencias gubernamentales (programas sociales y apoyos al campo), que niega el carácter populista y clientelar de los anteriores gobiernos, porque es de carácter universal y de manera directa; donde algunos programas sociales ya son un derecho constitucional (artículo 4° constitucional) y son considerados una renta básica universal.

En lo que va del sexenio van 15 millones 563 mil 941 beneficiarios en todo el país (datos obtenidos de la Secretaría del Bienestar) lo que significó un aumento del 1.3% en el consumo de los hogares en 2019 con respecto a 2018.

Aunado a lo anterior, hubo un significativo incremento del salario mínimo: en el primer año del sexenio un 16% y 63% en zonas fronterizas; en 2020 un aumento del 20% (3% en zonas fronterizas) con base a lo ya aumentado, provocando un incremento del poder adquisitivo de la población de más del 30%, según datos oficiales.

El gobierno federal, para enfrentar los estragos originados por la pandemia, está otorgando 3 millones de créditos de 25 mil pesos cada uno (que representa un total de 75 mil millones de pesos) donde el Presidente ha reiterado con toda firmeza que no buscara deuda pública y no rescatara a los grandes consorcios empresariales, negando lo que históricamente se hacía en los anteriores gobiernos cuando enfrentaban una recisión de estas mismas características.

Del mismo modo, el Banco de México (Banxico) está otorgando crédito a las MiPymes que se disponen en la banca comercial para la reactivación económica, siendo de un derrame económico de 750 mil millones de pesos; en la que también acordó disminuir la tasa de interés a 5.5% para que los empresarios opten por invertir (reproducción ampliada de capital) y aumentar su capital en contratación de mano de obra, ampliación de infraestructura, maquinaria y equipo, en vez de ahorrar en los bancos comerciales.

El fin de semana pasado, el Presidente expuso desde Palacio Nacional un ensayo acerca de la nueva política económica, donde pone 4 ejes rectores para aplicar la democracia, justicia, honestidad, autoridad y bienestar. No obstante, “algunos expertos” y líderes de opinión de la teoría económica convencional neoclásica-monetarista (neoliberal en términos políticos) cuestionaron que “no puede haber desarrollo, sin crecimiento”, como si esta afirmación fuera un principio infranqueable e irrefutable en las leyes económicas, como la idea absurda que la economía en la aproximación de la realidad se sigue manejando por “la mano invisible” como aseveraban los economistas liberales del siglo XVIII.

Con base en lo anterior es inevitable la crisis económica por su composición inherente que encierra la lógica del sistema capitalista, no obstante, si no se toman estas nuevas medidas, la crisis puede ser catastrófica pues el bosquejo que se vislumbra de la nueva política económica empleada por el gobierno federal, es la negación de los postulados absolutos de los anteriores gobiernos del manejo de la economía y afirman el cambio cuantitativo de la organización estructural socio-económica de una alternativa al paradigma neoliberal.

Al final solo la historia juzgará.