La incomodidad de las esposas al comprar una franquicia

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La incomodidad de las esposas al comprar una franquicia

Comprar una franquicia no es un ejercicio para mentes débiles o para gente cobarde, si usted no tiene seguridad en su persona y peor aún, si su pareja no lo apoya tanto económicamente como también moralmente, es mejor que no se meta a realizar una inversión donde se necesita la templanza y el carácter, si Usted no está determinado a triunfar, una franquicia representa un viacrucis difícil de superar, he visto muchos casos en donde el principal enemigo que tiene el posible inversionista es precisamente su pareja.

El adquirir una franquicia, en términos generales representa tres grandes problemas:

El primero representa que en muchos casos, se deja el trabajo normal para invertir tiempo completo en la franquicia, en este caso, la esposa verá amenazada su estabilidad económica ya que los pequeños o muchos lujos quedarán fuera durante un tiempo, por este motivo, la esposa del inversionista insistirá en que no se deje el trabajo habitual y recurrirá a mil y un dramas como puede ser la discusión de las colegiaturas, de las vacaciones, de los automóviles, de la hipoteca de la casa, de la enfermedad de algún familiar, etc. Todo con tal de no perder su estabilidad económica sin importar que el primer beneficiario de un éxito en la franquicia es la misma familia cercana del inversionista.

El segundo problema consiste en que en ocasiones, el inversionista adquiere la franquicia para ser manejada por su esposa, en este caso, la esposa antes de adquirir la franquicia, vivía como reina, tenía tiempo para ir al club, tiempo para ir al café con las amistades, tiempo para visitar a su mamá u otros familiares cercanos, incluso por qué no decirlo, hasta tenía tiempo de tener alguna aventura amorosa, es decir, una vez que el esposo se retiraba de la casa para ir al trabajo, prácticamente se dedicaba a vivir la buena vida, con la adquisición de la franquicia, se renuncia al status de vivir en la comodidad de no hacer ninguna actividad económicamente productiva y se tiene que bajar al mundo terrenal para ganar el pan con el sudor de la frente, dejar este nivel de confort es algo que no muchas parejas están dispuestas a dejar, este apoyo económico que debe realizar la esposa es algo que no todas están dispuestas a dar, mucho menos a admitir su incomodidad abiertamente con su esposo. 

El tercer problema es el miedo, la duda, una franquicia es un negocio que si bien, ofrece muchas seguridades ya que todo de algún modo está establecido, también al igual que todo negocio, se corren riesgos y se requiere trabajo, además de mucha dedicación con una buena dosis de paciencia, el miedo no ayuda en nada y puede llegar a paralizar.

Arriesgar la estabilidad económica, renunciar temporalmente al confort y luchar para que el negocio salga adelante, representa un escenario incómodo, peor cuando el inversionista al llegar a casa no recibe un apoyo moral y encuentra una serie de dramas que tienen una intención oculta, por estos motivos, si Usted no está decidido a triunfar, es mejor que no deje su empleo “seguro” donde lo único “seguro” que tiene, es que un día lo van a despedir sin importar el motivo. 

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