La importancia de impermeabilizar nuestros hogares

Las humedades estructurales pueden significar grandes problemas

El temblor del 19 de septiembre de 1985 fue un parteaguas en la historia de los mexicanos. Informes oficiales aseguran que el temblor cobró la vida de 10 mil personas, 40 mil resultaron heridos y 150 mil perdieron sus hogares.

Los daños materiales: 53 mil 385 edificios sufrieron daños, 757 edificios colapsaron.

Desde ese entonces, el gobierno intentó implementar una cultura de prevención en México. Con sistemas de alerta en escuelas y oficinas y códigos de construcción más estrictos. Los pasados 7 y 19 de septiembre pusieron de nuevo a prueba a todos los mexicanos.  Las cifras no superaron a las que dejó el terremoto de 1985, pero de igual manera son desalentadoras.

Es imposible –como se ha repetido incansablemente- saber en qué momento nos volveremos a enfrentar a un desastre natural; sin embargo, es de vital importancia seguir enfocándonos en nuestra seguridad. Hasta en los detalles más mínimos.

Las humedades estructurales pueden significar grandes problemas. Se presentan como detalles aparentemente insignificantes: grietas, goteras, inundaciones, manchas de humedad, mohos, bacterias, malos olores y podredumbre. El resultado: pérdida de solidez en los muros de carga que afectan directamente  a la seguridad de las construcciones. Además, la falta de un sistema de impermeabilización adecuado, que se puede conseguir sólo usando unos productos impermeabilizantes, como los de Pasa, puede provocar riesgos a la salud.

Sin duda, “el agua es uno de los principales agentes agresivos en la construcción”, como aseguró el ingeniero José Luis Montiel. De modo que prescindir de los impermeabilizantes no es la mejor opción.

Existen tres tipos de materiales para impermeabilizar:

La aplicación de los impermeabilizantes primarios es la fase inicial del proceso. Con ellos, se hace la preparación de la superficie que se va a cubrir. Aumentan la adherencia.

Los recubrimientos, que son pinturas asfálticas, tienen como principales funciones: proteger los materiales de la intemperie; reflejar los rayos solares; y proteger la película impermeable del tráfico ligero.

Por último, los selladores. Empleados para calafatear –cubrir junturas-,  taponar, rellenar, sellar y resanar fisuras.

No debemos olvidar que la impermeabilización de hogares, oficinas, hospitales o cualquier otro tipo de edificación debe ser considerada desde el inicio de la construcción.