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La historia interminable
Dos de las formas que han tomado las letras son la literatura (ficción) y la historia (con un sostén documental y teórico). Cervantes los distinguía: uno es el poeta, dijo, que escribe lo que cree; otro es el historiador, que escribe lo que pasó. Al parecer hay el acuerdo que la historia es narrativa. La historia tiene el encargo de registrar los documentos y monumentos, analizarlos e interpretarlos. El que escribió un texto partió de lo que pudo conocer. Vendrá otro que revisará los mismos archivos y les dará otra interpretación o bien localizará nuevas fuentes que el otro ignoró (y no por mala fe o descuido sino porque constantemente se descubren nuevos datos).
Un ejemplo simple: Galileo Galilei fue condenado por el Papa a la hoguera y tuvo que declarar que se había equivocado. Pero tuvo el atrevimiento de decir por lo bajo “y sin embargo se mueve”. Ambas afirmaciones son falsas. Lo condenó la Santa Inquisición y quienes lo denunciaron en secreto fueron dos matemáticos jesuitas a los que Galileo había humillado. El Papa visitó a Galileo y le rogó que dijera que se había equivocado porque lo estimaba y creía correcta su teoría. Y nunca dijo “et tandem movetur”. ¿Y a qué viene esto? Pues da la casualidad de que el Vaticano abrió sus archivos recientemente y apareció un enorme expediente sobre Galileo y un excelente historiador italiano cambió la “historia” con base en manuscritos del momento. Incluso el Papa le dijo: te van a quemar a ti y luego vendrán por mí.
En lo que toca a nuestra historia, es decir, los relatos sobre el pasado de Coahuila, debemos dejar en claro que el padre de la historiografía coahuilense es don Vito Alessio Robles. Con la pandemia he releído su obra y todavía se sostiene. Digo todavía porque fue publicada en 1938, o sea hace 82 años. Es un trabajo fenomenal para la época y don Vito indagó en todos los archivos a que tuvo acceso. Escribió lo que pudo escribir y lo que quiso escribir, quiero decir que él tenía una idea sobre Coahuila que lo iluminó. Afirmo sin temor a equivocarme que creó un estilo que lo coloca en la cima de la historiografía del Noreste, seguido de cerca por don Eugenio del Hoyo para la historia de Nuevo León. Ambos tuvieron antecesores: don Vito a Esteban L. Portillo y don Eugenio a Gonzalitos.
¿Hay temas nuevos?, los hay por miles. Simplemente don Vito no se interesó por los indios nómadas, cosa que Del Hoyo sí hizo. Ninguno dedicó ni una página a los africanos. ¿Es un pecado?, no, por supuesto, cada quien escoge sus temas.
Lo anterior me vino porque este jueves se defendió una tesis de maestría de manera virtual. Una saltillense terminó sus estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia con un tema interesante: las relaciones sexuales lícitas e ilícitas entre negros y mulatos con españolas en Saltillo y Parras en el siglo 18. Aconteció que hubo matrimonios religiosos entre negros y damas ricas de esas poblaciones; también tuvieron lugar relaciones sexuales inadecuadas (según la época): concubinatos. Interesante cómo los negros (algunos siendo esclavos) encontraron la forma de ascender en la escala social. Yo seguí la presentación de su autora, Mónica Amezcua, misma que se había licenciado en nuestra Escuela de Ciencias Sociales. Cinco doctores de aquella institución la hostigaron con preguntas sobre fuentes, conceptos, teorías y autores. Mónica defendió lo que conocía bastante bien. Al final le dieron la aprobación y su “pase al programa de doctorado”. El presidente del jurado, un español inteligente y simpático, dijo en el resumen general que el aporte de Mónica era una bella microhistoria y que la animaba a seguir adelante.
Aprovecho el pequeño espacio que me queda para comentar algo que viene a alimentar lo que dije. A causa de la pandemia no se ha difundido la publicación de un libro editado por la Secretaría de Cultura. Se trata del manuscrito que metió a concurso un estudiante de la escuela de historia de la UAdeC. Alán Caballero es el autor de una interesante y novedosa historia sobre brujas y brujería en Saltillo y Mazapil en el siglo 17. Espero que circule pronto porque su aporte es no solamente novedoso sino encantador. Sucede que las mentadas brujas tenían su propia vida social, familiar y mágica.