La historia de los inicios de un gran museo, conferencia en el Mude

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La historia de los inicios de un gran museo, conferencia en el Mude

Foto: Vanguardia/MARCO MEDINA
La escritora y gestora cultural, Magolo Cárdenas, relató cómo fue que nació el proyecto de lo que ahora es el Museo del Desierto

Con una gran pasión que contagió a los asistentes, la escritora y gestora cultural, Magolo Cárdenas, relató cómo fue que nació el proyecto de lo que ahora es el Museo del Desierto, en una charla celebrada en el auditorio del mismo recinto, el pasado viernes 10 de noviembre, en punto de las 17:00 horas.

Quien también fuera directora del Icocult durante el sexenio de Rogelio Montemayor, fue la primera directora del museo y encabezó junto con Beatriz Flores la campaña para su creación, la cual comenzó hace 23 años.

Esto nació a raíz del descubrimiento de los restos arqueológicos y paleontológicos de Rincón Colorado en General Cepeda, lo cual abrió la puerta a un grupo de investigadores a desarrollar un proyecto que hablara de la riqueza de Coahuila, aunque la primera propuesta, entonces, fue crear un museo de paleontología, no del desierto.

“En aquellos años el tema de los dinosaurios en Coahuila era muy poco conocido, sólo algunos maestros de la Normal, que ahora están en la Comisión de Paleontología, investigadores aficionados”, comentó la maestra Cárdenas.

El doctor Montemayor una vez que fue informado de los planes para este museo se mostró interesado y dispuesto a darle todo su apoyo, aunque no fue sino hasta tiempo después, en pláticas con académicos de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL que surgió la idea de ampliar el panorama del museo y hacer que este hablara sobre el ecosistema del desierto en general.

Y aunque el proyecto de construcción tomó nueve meses, fueron casi cuatro años de sesiones en un espacio detrás de Catedral donde diariamente se reunió el equipo encargado de hacer este sueño realidad para comenzar a configurar los objetivos, los temas y la museografía que tendría el recinto.

Uno de los aspectos que más remarcó la escritora fue el interés que tuvo en todo momento por que se entendiera el propósito y lo que buscaban con esto, pues se encontraron con detractores del proyecto quienes consideraron un gasto innecesario, a pesar de haber conseguido patrocinio en especie de empresas como Vitro, Altos Hornos y Cemex y recursos monetarios de Chrysler.

Con especial entusiasmo  contó cómo sucedieron las cosas el día que el Tiranosaurio Rex llegó al museo para ser instalado. Hasta ese momento ninguno de los trabajadores traídos de fuera, estaban del todo conscientes de lo que estaban construyendo, sin embargo, comentó que “yo quería platicarles a los trabajadores estas mismas historias que les había platicado a los empresarios para juntar recursos  y para que se sintieran orgulloso y supieran lo que estaban construyendo”.

“Esto no había sido posible por una causa u otra”, continuó, “hasta que cuando ya casi estaba listo el Pabellón I, llegó el trailer con el T-Rex, se corrió la voz y todos los trabajadores se acercaron a ver. De acordarme me emocio no, porque ellos se dieron cuenta de lo que estaban haciendo”.

Y así, entre anécdotas, pintó el paisaje de los inicios del museo que ahora se ha vuelto ícono y punto de referencia para nuestra ciudad, atrayendo a decenas de miles de turistas año con año y reconocido a nivel internacional.