La foto de Riquelme y Peña

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La foto de Riquelme y Peña

El pasado jueves, en su perfil oficial de Facebook, Presidencia de la República “agregó una nueva foto al álbum ‘Reunión con el Gobernador Electo de Coahuila’”.

Lo anterior es absurdo y a su vez significativo.

Estrictamente se trató de una sola imagen –no de una serie, ojo– donde aparecen Enrique Peña Nieto y Miguel Riquelme posando para la lente mientras estrechan sus manos en la residencia oficial de Los Pinos. La política 2.0 en su máxima expresión: comunicar (y con ello gobernar, evidentemente) para las redes sociales y que, por consecuencia, los medios de comunicación tradicionales descarguen el mensaje de las plataformas digitales. No al revés.

Así, mediante un pie de fotografía escueto, la oficina del Ejecutivo explica que ambos personajes dialogaron “en torno a la situación en esa entidad” (o sea nuestro estado) y acompaña un boletín oficial de cuatro párrafos, genérico, sin mayor sustancia informativa.

En otras palabras: acondicionó el terreno para la especulación política. 

La pregunta es: de qué sirve, a quién conviene, para qué, cuál es la finalidad. ¿Acaso ahora los magistrados de la Sala Superior resolverán la nulidad en la elección de Gobernador de forma distinta a lo proyectado? ¿La foto influirá más que las pruebas presentadas en los juicios por el INE y la oposición? ¿Los siete juzgadores serán efectivamente refractarios a la presión externa?

No está de más recordar que el 7 de julio de 2015 Peña recibió en Los Pinos al “Gobernador Electo” de Colima, Ignacio Peralta, quien había ganado los comicios celebrados un mes antes.

En octubre del mismo año, sin embargo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (compuesto por siete magistrados distintos a los actuales, es cierto) anuló dichas elecciones de gobernador y revocó por consecuencia la constancia de mayoría que había sido expedida a favor de Peralta.

En su día el “telepresidente” gozaba de un mayor capital político. Ahora bien, ¿cuánto pesa en estos momentos un espaldarazo suyo considerando que sólo un 18 por ciento de ciudadanos aprueban su mandato de acuerdo con la última encuesta de Reforma al respecto? ¿Puede un Ejecutivo prácticamente ilegítimo legitimar una elección con sospecha mayoritaria de ilegitimidad?

El 15 de agosto citó a Alfredo Del Mazo y Antonio Echevarría en Los Pinos con una diferencia de horas para un acto protocolario de reconocimiento a su triunfo. Ambos, cabe señalar, resultaron ganadores en la jornada electoral del 4 de junio en Estado de México y Nayarit, postulados a Gobernador por el PRI y la coalición PAN-PRD, respectivamente.

Pese a que también hubo comicios en Coahuila en esa fecha, y a existir de igual forma un candidato con constancia de mayoría (entregada por el IEC), a éste no lo recibió entonces. ¿Por qué darle un trato claramente diferenciado nueve días después? ¿Hay poderes de facto superiores al Presidente que lo hicieron cambiar la estrategia inicial?

¿A quién va dirigido el mensaje de validar a un correligionario que tentativamente invalidará el Tribunal Electoral? ¿A la opinión pública, a los siete magistrados, a la oposición?

Y lo más importante: ¿terminará Presidencia de la República borrando la fotografía con Riquelme, como aquellas del Ejecutivo con Julión Álvarez, Emilio Lozoya o el empresario brasileño Marcel Odebrecht?

CORTITA Y AL PIE

En la última asamblea nacional del PRI, celebrada el 11 de agosto, la estrategia planteada fue acercar al Presidente de la República con su partido considerando la proximidad del proceso electoral 2017-2018. 

Si bien hay democracias consolidadas donde así sucede, como España, en México –donde no existe siquiera una democracia– no es sano mezclar actividades partidistas con el ejercicio del poder público.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS

Finalmente, un ejercicio simple para puntualizar las relaciones entre autoridades y no perder de vista la ecuación política: los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación terminan su periodo dentro de ocho años, en 2025, pues lo iniciaron apenas en 2016. Peña Nieto, en cambio, se va el próximo año.

Pregúntese usted: en su justa dimensión, ¿quién tiene realmente el poder de veto?

@luiscarlosplata