La fiesta brava enmarcada

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La fiesta brava enmarcada

Acrílico, acuarela, hasta frutas le sirven a Antonio Rodríguez para crear sus obras. / Foto: Archivo
A través de la pintura, Antonio Rodríguez ha realizado su sueño de convertirse en torero, sus cuadros reflejan la pasión por la fiesta brava

Se soñaba vestido de luces, con el colorido traje frente al imponente toro, se soñaba audaz, capaz de esquivarlo con un fino movimiento del capote mientras que el publico exclamaba ‘oleee’... se soñaba torero. Antonio Rodríguez acuñó desde su infancia la pasión por la fiesta brava, deseando algún día convertirse en protagonista de los encuentros taurinos, sin embargo, las circunstancias le impidieron concretar su sueño, pero él lo hizo realidad a través de la pintura.

Hoy, Antonio Rodríguez es pintor. A través de sus obras, refleja el amor que siente por la tauromaquia y comparte con los espectadores las sensaciones y sentimientos que se viven en la celebración de esta fiesta.

Su infancia la pasó en las arenas de toros en Saltillo, donde los toreros se convirtieron en sus héroes de la infancia “mis primeros recuerdos son desde los 5 años, en que empecé a sentir el miedo y el drama, el miedo porque el toro impone respeto desde que lo ves porque es un animal que ataca, entonces ese miedo que sentía se fue convirtiendo en ‘qué padre sentirse torero’ y que toda la gente te aplauda, vestirse como un príncipe de luces con ese traje dorado, entonces era un sueño que tenía yo”, confiesa.

Foto: Archivo

En la adolescencia, su familia se mudó a San Antonio, Texas y sus sueños de convertirse en torero se complicaron, “me gustaba ser torero, pero cuando nos vinimos para acá ya se acabó todo eso”. Fué en la pintura encontró la alternativa para seguir en contacto con la pasión de su infancia.

“Yo desde que era niño siento la fiesta brava y la pinto”, sentencia seguro de sí mismo y de su trabajo. Su afición por la pintura y por los toros lo heredó de su abuelo, José Antonio Rodríguez, a quien no conoció dado que falleció en un accidente antes de que Antonio naciera, pero cuya figura influyo en él como pintor.

El arte de las corridas de toros

“Al toro lo puedes pintar en varias maneras, en la plaza, en el campo,para pintar tienes que sentir lo que es la fiesta, entender la fiesta, porque la fiesta, su olor, su música, su color... es como un cuadro vivo la fiesta brava”, declara Rodríguez.

Los toros han inspirado a artistas como Picaso, Dalí, Goya, Manet, Hemingway, García Lorca; la fiesta brava se extiende al teatro, cine, pintura, música, “es muy difícil pintar toros porque es hacer arte de otro arte, para pintar toros hay que estudiarlos, saber cómo se mueve el capote, la postura del torero, los colores, todo eso; y la pintura taurina debe tener movimiento; es difícil pintar el movimiento, pero se puede hacer si lo estudias, echando a perder se aprende. 

Foto: Archivo

Yo no tengo miedo, dar una pincelada es como dar un muletazo, hay que hacerlo sin miedo”.

A pesar de los inconvenientes, Antonio ha toreado como amateur en el rancho de su tío Juan Pablo Rodríguez , “toreábamos vacas en el campo en medio de los nopales, sí llegué a torear porque pienso que para pintar toros tienes que sentir la embestida de un animal”, asegura mientras cuenta con entusiasmo como alguna vez una de esas vaquillas lo embistió y le hizo dar vueltas en el aire.

Su trabajo incluye diferentes técnicas, el acrílico es su preferido pero confiesa que también pinta en acuarela e incluso con frutos, “aquí en casa tengo una granjita y a veces en los árboles o los arbustos se dan algún tipo de fruta que manche o algo, me gusta pintar con las manos”; pinta sobre lienzo, madera, papel, “sobre cualquier cosa en la que pueda yo crear”, añade.

Antonio Rodríguez ha expuesto su trabajo en Saltillo, Monclova, Zacatecas, la Ciudad de México, y también, ha vendido obras para apoyar a fundaciones que luchan contra el cáncer de mama y el cáncer infantil; además de ilustrar la portada del anuario ‘El matador’, una de las publicaciones mexicanas de mayor relevancia en cuestiones de tauromaquia, donde también han participado artistas de la talla de Fernando Botero.

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La prohibición de las corridas de toros

“Como artista pienso que le quitan cultura al país, sin los toros le quitan trabajo a mucha gente, porque no nada más es el torero, son los ganaderos, la gente que vive en el rancho, quienes venden cojines, cerveza, los que venden afuera cosas, gente que va a la plaza. Mucha gente pierde su jale. Los toros son fiesta y pasión, si seguimos así ya no va a haber toros, ya no va a haber rodeos, ni circos, no va a haber nada y pienso que le quitan cultura al país y al estado”, sentenció.

“Yo respeto lo que la gente piense. Por ejemplo, las peleas de perros o gallos a mi no me gustan pero respeto, si a la gente le gusta eso, bien. Sí sé que es un evento crudo pero es para la gente que no le gusta, si no quieren ir a los toros o a las luchas o al box, pues no van. Yo respeto, pero para saber criticar hay que empaparse y saber; porque los que dicen que al toro se le trata mal es falso, al toro se le trata como a un rey y va a morir a la plaza con chance de defenderse, porque a las vacas también las sacrifican en los rastros sin darle chance de defenderse. El toro es un animal que gracias a la fiesta brava existe. Si la fiesta brava se acaba el toro un ganadero no lo va a criar para nada, es un toro doméstico. Yo estoy de acuerdo en que la gente le guste o no le guste pero que respeten”.

Antonio invita a la gente a interesarse en los toros, a los amantes de la fiesta brava y quienes apenas se inicia les recomienda empaparse, leer y aprender la tauromaquia. “No es nada más ir a la plaza a tomarse una cheve, es aprender lo que es la fiesta brava, lo que es un torero, todo eso, es saber lo que vas a ir a ver. Si estás un poquito educado ya sabes lo que va pasar e incluso puedes calificar. La personas que se van acercando a los toros que se metan en el arte, porque los toros son música, son poesía, son literatura, escultura. Es algo muy bonito, yo soy amante de los animales pero desde chiquillo nací con el gusanito de los toros y pintarlos es lo máximo”, sentencia para finalizar.  

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