La falsa visión metropolitana en La Laguna (Torréon-Gómez Palacio)

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La falsa visión metropolitana en La Laguna (Torréon-Gómez Palacio)

Desde hace años diversas voces han hablado de la necesidad de ver a la región Laguna como una zona metropolitana: con problemas y virtudes compartidas.

Cada que existe oportunidad, los políticos de ambos lados del Nazas se paran el cuello para presumir del trabajo coordinado, homologado, en conjunto, y otros calificativos.

La pandemia por el COVID-19 era razón suficiente para reflejar ese trabajo metropolitano, pues así como los laguneros comparten lugares de trabajo, escuelas, universidades, industrias y áreas de esparcimiento, también comparten hospitales, médicos y enfermos. Un enfermo de Gómez Palacio fácilmente acude a atenderse a Torreón. Una emergencia en Torreón y fácilmente se recibe apoyo de Gómez Palacio. Una doctora en Torreón puede atender en Gómez Palacio.

Sin embargo, en el momento más álgido de contagios –de los más de siete meses de emergencia sanitaria– se echó al traste la constante demagogia de funcionarios públicos en el tema metropolitano.

Cuando esa visión metropolitana debió haber emergido para dar un mensaje homogéneo, de unión, de trabajo en conjunto; la famosa “metropolinización” fue tirada a un cesto de basura.

El pasado lunes, el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro Torres, anunció medidas para contener el alza en los contagios ante el regreso de la entidad al semáforo rojo. Entre las medidas estuvo la prohibición de la venta de alcohol, la restricción en la movilidad después de las 22:00 horas, el cierre de comercios no esenciales y la suspensión del transporte público desde las 15:00 horas del sábado hasta las 5 de la mañana del lunes.

Las medidas, obviamente, aplicaron a municipios como Gómez Palacio y Lerdo, conurbados con Torreón.

Después el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, simplemente mencionó que buscaría la manera de evitar la movilidad de personas en La Laguna de Coahuila.

Sin embargo, no hubo una sola medida homologada entre La Laguna de Coahuila y la de Durango. Y cuando le preguntaron al secretario del Trabajo, quien también funge como coordinador del Subcomité de Salud en La Laguna, Román Alberto Cepeda, qué acciones tomarían similares a Durango, éste respondió que las “condiciones son diferentes”.

Caray, primero nos bombardean al decir que es una región que comparte todo y después que son como el agua y el aceite.

Para La Laguna, ya lo sabemos, no se aplicó la ley seca, los negocios siguen abiertos, sólo se simuló bajar los aforos y se informó que se castigaría con multa de 45 mil pesos a quienes realicen reuniones con más de 15 personas.

Mientras cada gobierno tomó las decisiones que quiso, los pacientes de la región no tienen una cama de hospital ni en uno ni otro lado del Nazas. Mientras cada gobierno tomó las decisiones que quiso, el personal del sector salud de la región sigue menguando cada día.

AL TIRO

El 23 de marzo, a unos días de comenzar el confinamiento en el País, los gobernadores de Coahuila y Durango, Miguel Riquelme y José Rosas Aispuro, respectivamente, dieron una conferencia de prensa donde acordaron trabajar en conjunto y homologar criterios de prevención y restricción.

Se aseguró entonces que se había conformado un subcomité en conjunto, pero el mismo tiene bastante tiempo que sesionó por última vez. La realidad es que cada quien comenzó a llevar agua a su molino, sin importar el municipio aledaño.

Si bien la cúspide de la falsa metrópoli llegó hace unos días, a lo largo de los más de siete meses de emergencia sanitaria ha habido acciones que reflejan la falta de coordinación y de acuerdos; de visión metropolitana pues: mientras en Gómez Palacio en algún momento se cerraron todos los negocios, en Torreón y Lerdo permanecían abiertos, por ejemplo. Mientras en Gómez Palacio había operativo alcoholímetro, en Torreón siempre se rechazó esa medida. Mientras en Torreón el alcalde Jorge Zermeño se negaba a sancionar a ciudadanos, en Gómez Palacio la alcaldesa Marina Vitela ponía a barrer a quienes realizaban reuniones numerosas como castigo. Mientras unos bloqueaban accesos en los límites de Torreón y Gómez Palacio como medida para disminuir la movilidad, otros criticaban esas decisiones.

El COVID-19 evidenció que La Laguna está bastante lejos de tratar sus temas importantes con un sentido metropolitano. Y mientras eso sucede, hace unos días se registró el número más alto de contagios en la región Laguna desde inicios de la pandemia: 323 personas resultaron positivas de COVID-19, 171 en Torreón y 98 en Gómez Palacio.

Hoy, a siete meses de que los mandatarios salieran a presumir coordinación, aquello quedó en demagogia: ni se trabajó en conjunto ni se homologaron criterios de prevención. A otro cuento con la visión metropolitana.