La experiencia del Súper Tazón
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La experiencia del Súper Tazón
El Súper Tazón, al ser un elemento altamente costeable para los medios de comunicación, los mismos han convertido al juego en una parte importante de la vida de muchos aficionados que viven de manera especial la tarde del Súper Domingo.
Quienes estamos rondando el sexto piso de nuestra vida, seguro estoy que tenemos muchos episodios que contar con respecto a éste fenómeno con el que crecimos. Así que, si me permiten, en enero de 1972 y con apenas 10 años de edad me tocó vivir la pasión infantil por el Super Bowl mismo que en casa de la Familia Flores Cirett, en un departamento de la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, disfruté con ese clan que vivía plenamente éste deporte gracias a la enorme afición que tenía el patriarca, Ing. David Flores. Así que junto a mis pequeños amigos Pancho y Oscar gozamos sentados en el suelo de la sala de la victoria de los Cowboys sobre los Miami Dolphins de Bob Griese.
Ya en la adolescencia y en Saltillo, al retorno de vacaciones escolares, entre todos los compañeros de la casa de asistencia y con la pasión más grande por tu equipo casi se me salen las lágrimas de ver cómo el 21 de enero de 1979 los Acereros de Pittsburgh le pegaron 35-31 a los Vaqueros de Dallas. Las burlas, con café cargado, de los compañeros de casa aumentaron ese deseo del llanto.
Cuando iniciaba mi carrera de periodista tenía un programa de Televisión y en 1989 hice un concurso para que la persona que acertara al marcador entre 49ers y Cincinnati ganara una figura en cera preciosa de Joe Montana que me hizo el gran Chavos Carreón. Fue un niño de 9 años de edad el que acertó en el escore, su nombre: Edgar Omar Puentes Montes, hoy Contador Público, un gran fanático de los 49ers y el hombre más versado sobre deporte en el estado de Coahuila.
A finales de los años 90 era una delicia ver el Súper Tazón al lado de entrañables amigos como el presbítero Jorge García Villarreal, “El Padre Chapo”, el Lic. Ener Vasconcelos, los hermanos Evelio, Gerardo, Arturo y Sergio González, el coach Jorge Castro, el ingeniero Armando García “Manduco”, y unos 30 amigos más que reunidos en la casa de los González pasamos increíbles tardes por algunos años.
Otra experiencia interesante resultó la del Super Tazón 43 en el año 2009 cuando los Steelers le ganaron 27-23 a los Cardenales de Arizona. En esa ocasión me invitó el buen Moy Hernández a casa de su mamá en la Colonia Top Chico, ya que tenía un enorme patio y dio cabida a varios de sus amigos exjugadores Buitres de la Narro. Era la primera vez que convivía con muchos de ellos, después de haberse generado décadas atrás una rivalidad deportiva muy fuerte entre la UAdeC, a la que yo pertenecí, y la UAAAN que ellos defendieron. Sin embargo, fue una grata experiencia pues se habló de todo lo relativo al Super Bowl, menos de aquellos años aciagos en los que hasta con la cubeta nos dimos.
Desde hace algunos años éste evento ya es familiar y espero a mis hijos y algunos amigos con los cuales no dejaremos de molestar al que se apasione más.