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La esposa de ‘El principito’
Antoine de Saint-Exupéry y su esposa Consuelo tuvieron un tormentoso matrimonio que duró más de una década.
Aunque algunos la veían como una seductora cazafortunas, lo cierto es que la salvadoreña Consuelo Suncín-Sandoval Zeceña supo conquistar el corazón de Antoine de Saint-Exupéry hasta tal punto que fue precisamente ella quien inspiró “El principito”.
Para muchos críticos, la obra maestra de la literatura que escribió Saint-Exupéry no es más que un relato de su atormentada relación matrimonial que duró 13 años y en la que su mujer llegó a ser lo que él llamaba ‘mi rosa’, una expresión que hizo brotar en su esposa ‘la vanidad y el orgullo de saberse única, por sentirse cuidada’.
También está lo que representa ‘la rosa’ para El Principito: el amor puro y desinteresado, ese amor que está por encima de los propios intereses.
Para El Principito, como lo cita el autor en su libro, “la rosa es única puesto que es SU rosa, a la que él le dedica su vida y todos sus cuidados. “¡Y ella es tan débil y tan inocente! que sólo tiene cuatro espinas para defenderse contra todo el mundo...”, agregó Saint-Exupéry.
Incluso la misma Consuelo escribió en 1945, un año después de la desaparición (muerte acccidental) del escritor, ‘Memorias de ‘la rosa’, un manuscrito sobre la relación de la pareja que permaneció oculto por décadas y fue hallado por casualidad varios años después de su muerte en 1979 y publicado en el año 2000.
¿Quién fue Consuelo?
Consuelo Suncín-Sandoval Zeceña nació en Armenia, una comunidad de El Salvador, en 1901.
Provenía de una familia acomodada, dueña de tierras y cafetales en su ciudad natal, y recibió educación en el exterior, específicamente en Estados Unidos, en Ciudad de México y en Francia.
Se dedicaba a la pintura y a escribir poesía.
Consuelo y Antoine se conocieron en Buenos Aires en 1930 y el flechazo fue instantáneo. En ese entonces ya era una mujer divorciada y viuda.
Es por eso que fue etiquetada como una mujer ‘amoral’ en los círculos aristócratas franceses a los que pertenecía su futuro marido.
Ficciones y mitos
La escritora francesa Marie-Helene Carbonel, autora de la biografía ‘Consuelo de Saint-Exupéry, une mariée vêtue de noir’ (‘Consuelo de Saint-Exupery, una novia vestida de negro’), le contó a la BBC en 2013 que tuvo acceso a cartas y documentos personales de la salvadoreña en los que revela detalles ficticios y mitos alrededor de su persona para lograr ser aceptada en los altos círculos sociales.
Por ejemplo, inventó que su primer marido, el mexicano Ricardo Cárdenas, con quien se casó cuando tenía 21 años, era un Capitán del Ejército que había muerto en la Revolución mexicana.
Y también mintió al decir que era viuda y no divorciada, porque pensó que era mejor visto. Pero la escritora (Marie-Helene Carbonel) encontró el acta de divorcio, la cual fue registrada en Mérida, México, en una de sus investigaciones sobre la esposa de El Principito que realizó en 1925.
Una mujer descasada
Consuelo de Saint-Exupéry tuvo dos matrimonios antes de conocer a Antoine.
Después del divorcio, Consuelo viajó a París con José Vasconcelos, una de las figuras intelectuales, culturales y políticas más destacadas de la época en México.
Mientras mantenía una relación con el mexicano en la capital francesa, conoció a Enrique Gómez Carrillo, un escritor y periodista guatemalteco que también era representante diplomático para Argentina en París, con quien poco después se casó, aunque los separaban 30 años.
Pero el matrimonio duró sólo nueve meses porque en 1927 él murió y ella, viuda con 25 años, decidió marcharse a Buenos Aires para vivir de la pensión de su segundo marido, que también contaba con una importante fortuna.
La relación con Antoine
Consuelo conoció a Antoine de Saint-Exupéry en la capital argentina, en 1930. Él trabajaba allí como piloto comercial de servicios de mensajería. Y el flechazo fue instantáneo.
Al año siguiente, ambos se casaron, y ella se convirtió en la ‘condesa Consuelo de Saint-Exupéry’.
“Consuelo era una mujer seductora. No sólo era bonita y menuda sino que le encantaba a los hombres; y también le encantaba hablar con ellos y estar cerca de ellos”, segùn la escritora francesa Marie-Helene Carbonel.
“Para mí es una mujer muy interesante y de gran valor. No es una casualidad que interesó a tantos hombres inteligentes e importantes”, dijo de ella la escritora Carbonel.
Pero pese a sus encantos, Consuelo tuvo muchas dificultades para que los franceses la aceptaran. Y el rechazo también venía de la destacada familia aristocrática de su marido.
Rechazada por la familia
Consuelo de Saint-Exupéry y la madre de Antoine, Marie, no tuvieron una relación cercana.
Según Paul Webster, autor de “Antoine de Saint-Exupery: la vida y la muerte de El Principito”, publicada en 1993, “los allegados a Saint-Exupéry nunca tenían tiempo para Consuelo”.
“Y también fue despreciada por su cuñada Simone de Saint-Exupéry, quien la describió como una ‘mujerzuela’ y una ‘condesa de película’”.
Y así fue considerada hasta muchos años después de su muerte en Francia en 1979, donde terminó dejando todos sus, bienes y derechos a su mayordomo y jardinero español José Martínez-Fructuoso.
Amor tormentoso
En los manuscritos de Consuelo (‘Memoria de la rosa’), la salvadoreña hace un amargo recuento de los 13 años de matrimonio con el escritor francés de El Principito.
Allí, ella cuenta que Antoine de Saint-Exupery era un hombre egoísta, infantil, cruel, que tenía numerosas amantes y que la relación entre ambos era difícil.
“El libro es una confesión sobre su relación, y provocó una conmoción porque Saint-Exupéry era considerado un santo”, segùn Marie-Helene Carbonel.
A partir de esta confesión, muchos críticos creen entonces que ‘El principito’ es una alegoría de la propia vida de Saint-Exupéry, de sus incertidumbres y de su búsqueda de paz interior.
Consuelo de Saint-Exupéry murió en 1979 y muchos años después se publicaron sus memorias. En ellas aparece un dibujo descriptivo de la atormentada relación de Consuelo, que fue la musa que inspiró a ‘la rosa’ de “El principito”.
“En el dibujo,’la rosa’ es Consuelo; los tres volcanes son los volcanes de El Salvador; y los árboles de baobabs son las ceibas a la entrada del pueblo de Armenia, en El Salvador. La rosa que tose es Consuelo, que sufre de asma, que es frágil y por eso está protegida bajo una campana de cristal”, describió la biógrafa Marie-Helene Carbonel.
Para ella, se quiso presentar ‘El principito’ como un cuento para niños, pero en realidad es un libro que Antoine de Saint-Exupéry escribió para pedir perdón a Consuelo por su tormentosa relación.
(La historia de ‘La esposa del principito’ se justifica por la historia del autor de ‘El pincipito’, publicada en Omnia la semana pasada)