Usted está aquí

La Era del Cinismo

Donald John Trump señaló, hace unos meses, que no todos los que van a la guerra son héroes, y fue más allá al indicar que las acciones del senador John McCain no tuvieron gran mérito. “Fue héroe porque lo detuvieron como prisionero de guerra”. Dijo esto en el Partido Republicano que tiene en McCain a uno de sus héroes favoritos y en un país que tiene mucho respeto por los veteranos de guerra.

Meses después aseguró que es imposible que pierda la elección presidencial en Estados Unidos: “Así me parara en medio de la Quinta Avenida de Nueva York y disparara a una persona en plena luz del día, seguiría arriba en las encuestas”. Su último dislate fue decir que Enrique Peña Nieto manipuló al Papa Francisco para criticar la política migratoria de Estados Unidos que Trump promete endurecer.

La semana pasada aseguró que su contrincante por la candidatura republicana, el senador Marco Rubio, no es elegible por su origen cubano. Rubio nació en el corazón de Miami, su elegibilidad esta fuera de toda duda. Trump sigue a la cabeza en las encuestas en un partido que se preciaba de sus valores morales y éticos. El Partido de Lincoln, como les gusta recordar. Confío que el Senador de orígenes humildes pueda detener al billonario elitista, racista y populista Trump, verdadero fascista.

En la Historia de Latinoamérica, a derecha e izquierda del espectro ideológico, es enorme el repertorio de cinismo, pero en estos años se ha intensificado. Era de suponerse que en los tiempos de la comunicación, cuando todo se sabe en cuestión de segundos, los corruptos y malvados encontrarían en ella a su peor enemigo. No es el caso, muchas veces sucede todo lo contrario. Como no pueden ocultar sus fechorías, los modernos faraones las celebran y presumen a plena luz del día. Apuestan al conformismo de los ciudadanos. 

Como se saben impunes, gobernadores y alcaldes no tienen empacho en dilapidar millones de pesos del erario público, para autopromocionarse y vanagloriarse.  Mientras tanto, más de la mitad de los mexicanos vive en condiciones de miseria. El gobernante descubierto con las manos en la masa, se promociona al día siguiente en eventos pagados con dinero público para ser aplaudido y vitoreado por las víctimas de sus delitos. Dar el nombre de un Estado o Municipio es lo de menos, la epidemia es generalizada, encontrar la excepción es lo difícil.

En México ni el Presidente ni el Secretario de Hacienda pueden justificar sus lujosas mansiones, pero miles de personas están en la cárcel sin sentencia alguna, mientras la impunidad permanece en el 99%, y el 75% de los delitos no se denuncia. La crisis económica que atravesamos a raíz de la debacle petrolera acentúa, profundiza y extiende la corrupción.

La Secretaría de Hacienda anunció un recorte de 132 mil millones de pesos al presupuesto federal. Significa muchísimo dinero menos en el gasto público, reducción que, como siempre, impactará más a los más pobres y vulnerables. Lo criminal radica en que una enorme cantidad de gastos gubernamentales no se tocará, entre ellos, naturalmente, el destinado a publicidad.

Es cómodo culpar a los pobres de que, por pura necesidad, falta de educación y formación, cambian su voto por limosnas. En un nivel de análisis, puede ser así, pero en otro, tenemos la falta de alternativas. Mientras la Oposición siga siendo igual de mala que los corruptos en el poder, no hay opción.

Recordemos: Los integrantes activos de la clase media y acomodada suelen ser los primeros en hacer caravanas al gobernante rapaz, los que le aplauden, los que más le temen, se agachan y someten, los que hacen a un lado su capacidad y su preparación, a cambio de alguna ventaja o prebenda para obtener beneficios económicos.

Twitter: @chuyramirezr
Facebook: Chuy Ramírez