La historia de Molly Seidel parece salida de Hollywood, pero es real. El sábado corrió el primer maratón en su vida y ahora representará a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos. 

La mujer de 25 años nunca creyó que en su primera competencia le alcanzaría para acudir a la justa atlética. Ella es empleada de una cafetería y no corría de manera profesional.

Molly tuvo un tiempo de dos horas, 27 minutos y 31 segundos, trece minutos más que el récord mundial, con lo que le dieron el segundo puesto de la competencia. 

 Junto a Seidel asistirán Aliphine Tuliamuk y Sally Kipyego, ambas de origen keniano.

“¿Qué está pasando?”, decía Molly, incrédula todavía horas después, esforzándose en asimilar lo que había logrado. Porque nadie contaba con que una atleta como ella, que no se dedica al deporte a tiempo completo, pudiera lograr semejante proeza. 

Ella vive en Boston y entrena en sus ratos libres, mientras combina su pasión con el trabajo de camarera en una cafetería así como cuidadora de niños. 

Pero las competencias no habían sido ajenas para Molly Seidel. En su etapa universitaria se proclamó campeona interuniversitaria en pruebas 3,5 y 10 mil metros así como un campeonato nacional de cross country en el 2015. 

Sin embargo en el 2016, su naciente carrera se vio afectada por las lesiones y eso ocasionó que los patrocinadores se alejaran de ella.

Esto le causó depresión y un trastorno alimenticio, pero fue sanando con el tiempo mientras se alejaba parcialmente de las competencias atléticas. 

Siguió entrenando en un grupo llamado Freedom Track Club y su actual entrenador decidió que Molly intentara distancias más largas, debido a que el tipo de entrenamiento y alimentación necesarios para ellas se adapta mejor al tratamiento para su bulimia.

Su resurgir comenzó en diciembre al ganar la media maratón de San Antonio, lo que le valió acceder al preolímpico de Atlanta. 

Pero a pesar de todo, nunca pensó que en su primer maratón pudiera lograr tal hazaña.