El oficial D. Herrejon, de la Policía Montada de Houston, Texas, estaba patrullando las calles de la ciudad montado sobre su yegua, Charlotte, cuando algo la asustó. Probablemente fue un bocinazo o el ruido producido por el embotellamiento.

El agente de la Policía Montada junto a Charlotte, poco antes de su muerte

Sobresaltada, se salió de control y cruzó la calle intempestivamente. En ese momento pasaba un camión cementero, que no llegó a eludirla. La atropelló.

La yegua tenía seis años. Había trabajado cuatro como policía

Charlotte quedó tendida en el suelo. Tenía las piernas rotas y varias heridas de las que no iba a poder recuperarse.

Los amigos inseparables, ni siquiera se separaban bajo techo

Herrejon no podía contener su tristeza. Se tiró junto a ella y la abrazó. No se despegó durante largos minutos.

Luego de revisarla, los veterinarios resolvieron que sacrificarla era la única alternativa. Su amigo se despidió entre lágrimas y fue trasladado hacia un hospital, donde lo trataron por algunas heridas menores.