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La elegancia de lo mínimo
En la era más acelerada y obsesionada con lo masivo, lo viral y lo sobresaturado, la sencillez suena como la opción más viable.
Aunque el origen del minimalismo como estilo o concepto puede trazarse a mediados del siglo pasado —con aportaciones históricas de artistas como Yves Klein y Frank Stella, o diseñadores como el finlandés Eero Saarinen— muchos son los creadores que han hecho de éste, la base y catapulta de su trabajo.
Maxim Maximov, NN Design Band, Phoebe Philo (Céline), la casa Jil Sander y por supuesto, Francisco Costa (Calvin Klein Collection) en moda, son ejemplos recientes de la forma en que hemos ido adoptando estéticas más depuradas y por mucho, una concepción distinta de nuestro entorno. La estética de la mesura, que privilegia el equilibrio basado en lo sencillo, impera actualmente en el diseño.
Soluciones en equilibrio
Si tienes un departamento pequeño, la estética minimalista puede ser la solución perfecta para decorarlo. Con pocas líneas, sí, pero puede construirse un entorno inigualable.
Las reglas parecen sencillas, sin embargo, es más que necesario entender las bases sobre las que puede construirse un ambiente sobrio y balanceado. Un espacio minimalista no es uno vacío sino uno equilibrado a través de una serie sencilla de objetos cuidadosamente seleccionados.
Uno de los aspectos más importantes es el mobiliario que usarás: hay que tener en cuenta que éste siempre modifica el espacio; por ello su adecuada selección es tan importante. Unos centímetros de más pueden ocasionar un desastre.
Las salas armadas —es decir, construidas con piezas compradas por separado— son una opción ideal al igual que las mesas o estantes con cajoneras ocultas: un ambiente libre se logra principalmente eliminando piezas innecesarias como un tercer sillón o una pila de libros que bien puede guardarse dentro de la mesa de centro.
Las paredes llenas de cuadros y repisas con fotos de todos y cada uno de los miembros de la familia no tienen cabida en un minimal space.
¿Quieres una pieza de arte?
Bien: elige una que pueda ser la protagonista de un muro entero o el centro de atención de una habitación, pero hasta ahí. No se trata de tener una retrospectiva de un artista, sino de complementar la curaduría de tu departamento con una obra que te defina.
Las pinturas y esculturas abstractas juegan perfecto en este tipo de ambiente. Inspiración: Mark Rothko y Mathias Goeritz.
El toque perfecto puede venir en forma de un detalle que describa tu personalidad; el secreto es dimensionarlo de manera adecuada. Un florero de cerámica con líneas sobrias con una sola hydrangea o una hoja elegante, son ejemplos de lo que estamos hablando.
¿Qué tal un gran platón de barro como centro de mesa? Otro ejemplo: un único coffee table book de tu tema favorito. Sea Tom Ford, uno de postales de surfers o un catálogo de catedrales antiguas; lo importante es que sea algo especial para ti.
Si te gusta la naturaleza puedes optar por una gran maceta —única— o una serie de plantas de la misma especie: la intención es hacer un statement con éstas, no tener una selva.
Aunque puede parecer un tanto complicado crear un ambiente minimal, es fácil si consideras que la forma más sencilla de lograrlo es integrando objetos que en realidad satisfagan tus gustos y lograr integrarlos armónicamente: una especie de galería de tus elementos favoritos.
Colores neutros
Tener como base un color neutro puede ser la clave para llegar al equilibrio perfecto. Un lienzo blanco o en alguna gama de arenas muy clara es un inicio casi perfecto. Con esta base puedes hacer casi cualquier cosa. Tip: luego de escoger tu color base, selecciona dos más para tener un trío cromático desde el cual trazar todo el concepto.
Unir con un mismo material
El uso de un mismo elemento para decorar diferentes aspectos del departamento es un recurso sencillo y seguro. Ejemplo: Un material orgánico de un tapete puede fungir como hilo conector y repetirse en productos como mantelería, juegos de baño o manteles.
Iluminando el espacio
La iluminación es clave: analiza cómo es que la luz natural se despliega en tu espacio para entender cómo debes solucionar con recursos artificiales. Lo más sencillo es basarse en una regla básica: al iluminar un espacio con pocos objetos, lo que en realidad está en juego es el equilibrio con el vacío.
Menos elementos para entender mejor parece ser el adagio que ha hecho del minimalismo, una de las influencias más fuertes en cuestión de diseño e interiorismo en los últimos años
Mariana Mendoza
La sala es una de las primeras áreas que se presentan ante nuestros ojos. Logra un estilo minimalista y decórala de acuerdo a tu personalidad
Cuando la estancia de tu casa o apartamento es pequeña, nada mejor que el uso de una sala que sólo consista de un sillón o una sala modular que ocupe poco espacio, una mesa de centro y una lámpara que no requiera de mesa sino que tenga su propia base.
A esto se le podría calificar como estilo minimalista: “ya que su intención es reducir a lo esencial, lograr espacios muy geométricos, lineales y sencillos, de estilo austero, en tonos muy neutrales. Visualmente, ayuda a que un espacio se vea más abierto”, nos dice Jenny Melcer, stylist manager de BO Concept México.
Aunque se entiende que el minimalismo significa utilizar el mínimo de elementos que aporten el máximo de expresión: “en México es difícil que lo logremos en nuestros hogares en su estado puro. Nuestra idiosincracia nos hace ser coloridos, recargados, llenos de elementos. El minimalismo no debe llevar ningún accesorio, todo en color blanco o gris, sin cojines, muebles rectos y la estancia muy limpia”, señala el arquitecto Julio César Chávez, presidente nacional de la Sociedad Mexicana de Interioristas (SMI).
Por eso, cuando agregamos objetos como cojines u otros elementos, dándole un toque de pertenencia: “ese minimalismo ya toma un tono contemporáneo”.
¿Cómo es una sala minimalista?
Los dos especialistas nos comparten su descripción. El arquitecto Chávez enumera muebles muy rectos, con telas en colores blancos y grises. Los pisos de duelas laminadas, maderas de ingeniería o porcelanas lisas. Puede haber una escultura o una obra de arte, pero ambas deben tener un toque mínimo de color o ser muy abstractas.
“También una o dos sillas Barcelona, de diseñador, que son como una escultura y brillan con elegancia propia. Puedes utilizar un sillón modular, o bien, utilizar sólo dos sillones muy rectos, lineales, en tonos blancos y con materiales como lino o algodón. También puedes ocupar una sala de tres plazas, con una mesa de centro rectangular, más dos sillas Barcelona”.
El también director general de Grupo Alarife Arquitectos, de Guadalajara, agregó que la iluminación de esta estancia debe ser con LEDS, con una lámpara de pie, y puede agregarse un tapete de pelo corto y tono neutro.
Por su parte, Jenny Melcer, quien es interiorista, la describe como una sala estéticamente austera y geométrica. “No quiere decir que se ponga poco mobiliario, sino que cada mueble sea funcional y cumpla un propósito”.
La especialista también nos habló sobre las tendencias 2015-2016: azules brillantes, líneas muy gráficas, grabados o contrastes y el uso de metales. En los accesorios, tonos caramelo. Y en cuestión de materiales, muy naturales, maderas claras, concretos y metales.
Espacio con identidad
"En México es difícil que logremos el minimalismo en nuestros hogares en su estado puro. Nuestra idiosincracia nos hace ser coloridos, recargados, llenos de elementos”.
A la hora de adquirir una mesa de centro es muy importante tener presente el estilo de vida que se hace en la sala de la casa, así como la decoración del conjunto de la habitación. La reducción de espacio en las viviendas modernas impone un mobiliario capaz de cumplir múltiples funciones sin romper la armonía decorativa del espacio que la acoge. Las nuevas mesas de centro, imprescindibles en cualquier hogar, cumplen a la perfección esta misión, ya que lo mismo sirven para comer o exponer colecciones que para colocar revistas o trabajar.
Las mesas de centro están concebidas para ser situadas en la sala; pero no todas las salas tienen el mismo uso. En algunas se concentra el tiempo de ocio de la familia, en otros, no se hace nada.
Teniendo presente estos distintos usos de la sala debes elegir la mesa de centro. Es decir, en función del tipo de vida que hagas de ese espacio. Antes de comprar la mesa fíjate en el mobiliario que la acompañará y en la habitación donde se ubicará.
Si la sala es de un sofá o de dos adosados, se impone una mesa ovalada o rectangular. De este modo, independientemente del tamaño de la habitación, aprovecharás mejor el espacio, especialmente si éste es alargado.
En cuanto a los materiales, muy importante a la hora de compaginar el estilo de la mesa con los demás elementos del entorno, conviene que sean de calidades similares a fin de no romper la armonía decorativa del ambiente. Aunque la tendencia es la mezcla de estilo, no todos los materiales encajan por igual.
PARA CADA ESPACIO
Los materiales más comunes y corrientes en la fabricación de mesas de centro son la madera, el cristal, el metacrilato, el hierro, el aluminio y el mimbre. Pero el diseño moderno está imponiendo la combinación de materiales naturales con otros artificiales.
En el mobiliario clásico se sigue empleando preferentemente la madera noble, el cristal y el mármol; dejando los plásticos, el acero inoxidable o el aluminio para estilos modernistas con pretensiones rupturistas. Suelen ser piezas únicas, asequibles y, por sus características, capaces de encajar en cualquier ambiente.
Estos modelos de mesas de centro con diseño rupturista están indicados para ambientes decorados con estilo práctico, funcional y encuadrados dentro de la nueva corriente del modernismo. Están destinados a poner un toque de personalidad y distinción en ambientes sobrios.
Por ejemplo, mesas con estructura de hierro y superficie de cristal; de acero inoxidable o de metacrilato en medio de una sala compuesta por piezas modulares. Con estas piezas se rompe la sobriedad y pobreza del ambiente. La mesa se convierte en una nota decorativa por sí misma.
El mercado ofrece mesas de centro de madera con diseño clásico o moderno, rústico o vanguardista. Las que proceden de culturas orientales se caracterizan por ofrecer una amplia gama de posibilidades de uso. Son piezas que, por lo general, pueden utilizarse como mesa de centro, de comedor, revistero, expositores e incluso como mesa de trabajo.
Las últimas novedades en este campo son las fabricadas con madera de arce, fresno y bobinga. Algunas tienen estructuras realmente originales, como la mesa de centro con altura regulable y que, sin que se note para nada, pueden utilizarse como mesa de comedor o de trabajo.
DECORACIÓN
Mesas de centros multifacéticos
Si tu sala son dos sofás la mejor opción es una mesa cuadrada.Date la oportunidad de llevar la sencilles y elegancia a tu hogar.