Guadalajara, Jalisco.- José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aseguró que la economía global no ha podido vencer las consecuencias de la crisis de la década pasada, y en el caso de México no se logra vencer la desigualdad.

Aseguró que las economías emergentes están en fase de desaceleración, mientras que países desarrollados se encuentran estancados; además de que prevalece un desempleo elevado y poco margen fiscal para abatir la pobreza.

"La diferencia en la expectativa de vida entre los estados (en México) más ricos y pobres es de cuatro años, y las personas en las entidades más ricas tienen siete veces más probabilidad de terminar sus estudios", indicó Gurría durante el quinto Foro Mundial de Estadística y Política que se lleva a cabo en Guadalajara, Jalisco.

El también ex secretario de Hacienda, indicó que a esta fragilidad económica, se suma la cuenta regresiva para disminuir los efectos del cambio climático.

Aseguró que las naciones enfrentarán un "momento decisivo" en la próxima COP 21 que se llevará a cabo en París, para implementar políticas efectivas, y disminuir 2 grados la temperatura global antes que termine el siglo.

"El solo impulsar la economía no será suficiente", agregó.

Gurría aseguró que el objetivo de aumentar el crecimiento económico, que se mide a través del Producto Interno Bruto, no ha beneficiado a las personas de menores ingresos, a pesar que distintos países a nivel global han aumentado su producción en las últimas.

"En muchos países de nuestros países, la población con el 40 por ciento de menores ingresos apenas se ha beneficiado del crecimiento económico, y en algunos casos han visto caer sus ingresos reales", señaló.

Gurría indicó que se deben construir políticas más allá del PIB, como la iniciativa para "Una Vida Mejor", y de la cual se presentará un documento en este foro.

Asimismo, mencionó que la ONU adoptó la Agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible esta semana, lo que proporciona un marco para acabar con la pobreza de 800 millones de personas, en 800 semanas.