Usted está aquí
La difícil decisión de omitir y justificar en el libro de Felipe Calderón
CDMX.- Aprovechando la ausencia de novedades editoriales en el marcado a causa de la pandemia del coronavirus y ante el eventual registro de su partido México Libre, Felipe Calderón lanza sus Decisiones difíciles, un libro en donde abundan las omisiones y las fobias.
Con un tiro de solo 4 mil ejemplares, duplicado ante la demanda en tan solo una semana en sus 584 páginas abunda la megalomanía, relata con detalle su infancia, pero omite temas clave, mientras lleva al lector a su infancia sin fines de semana ni fiestas navideñas.
Al tema clave del rescate bancario tras el colapso económico de 1995, con Ernesto Zedillo en la Presidencia, le dedica solo unas líneas al afirmar que “como presidente del PAN, decidí respaldar al presidente de México pues el interés nacional es preeminente”, justifica.
Sobre Genaro García Luna, ahora preso en Estados Unidos acusado de tener fuertes nexos con narcotraficantes, habla poco, dice que lo conoció ya como presidente electo, a raíz de que el gobierno de Vicente Fox aplastó con la Policía Federal, el movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.
CULPAS PARA OTROS
Justifica como a raíz de su relación con Eduardo Medina-Mora conoció a García Luna y aceptó la propuesta de seguridad de ambos en la que el Ministerio Público debería dedicarse a proceso legales auxiliado por una policía unificada que hiciera tanto labores preventivas como de investigación.
Culpa a los sexenios posteriores de abandonar y luego destruir a lo que considera uno de los legados institucionales más importantes de su gobierno, la Policía Federal.
Y aunque omitió investigar a su Secretario de Seguridad, ahora preso, si pide a López Obrador que revise bien la casa, asegurándose de que no existan en su gobierno acuerdos con grupos criminales.
Se libra de toda culpa en caso de que en el juicio que se sigue a García Luna sea encontrado culpable al advertir que le falló a la sociedad y a sus compañeros, pero no a el quien lo nombró y sostuvo a lo largo de su sexenio.
TODO A LO MÍNIMO
Niega conocimiento del operativo Rápido y Furioso y minimiza su guerra declarada contra el narcotráfico, nada dice del caso Florence Cassez ni del montaje que organizó García Luna y las televisoras, faltando el debido proceso, pero si declara culpable a la francesa y a Israel Vallarta quien lleva 14 años en la cárcel sin recibir sentencia como “jefe de una peligrosa banda de secuestradores” como la califica el mismo Calderón.
Omite su responsabilidad en la degradación del PAN y la imposición de dirigentes y candidatos desde Los Pinos, pero si ajusta cuentas con sus adversarios políticos por no nombrar a su esposa candidata presidencial.
Reclama a Vicente Fox por pedirle que no se metiera con el narco y reclama a Diego Fernández de Cevallos por acobardarse en la posibilidad de ganar la elección de 1994 al negarse a un segundo debate con Zedillo y Cárdenas. (Con información de la Revista Proceso)