La democracia de los apodos
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La democracia de los apodos
La Semana Santa transcurrió entre apodos y nombramientos. Mientras que el candidato del PRI a la presidencia municipal de Saltillo, Manolo Jiménez, hizo oficial los nombramientos de los diferentes coordinadores de su campaña, el Instituto Electoral decidió a petición de los partidos, incluir en las boletas electorales, el apodo de los candidatos.
Ahora, los colaboradores del candidato del PRI a la alcaldía, muestran con orgullo partidista los títulos entregados, como el de Coordinador de Calcomanías. Se desconoce con exactitud sobre quién recayeron las responsabilidades encomendadas. Habrá que investigar a quién le tocó el honroso cargo de Portaestandarte de Cruceros, Director de Comelonches, Pega Calcomanías, como suelen decir los tuiteros, esos rabiosos de las redes anti sociales.
Por otra parte, en las boletas del 4 de junio usted podrá reconocer a algunos candidatos por sus apodos; recodemos, el mote es solo para los cuates y los candidatos quieren que el electorado los identifique amigablemente. Así, usted verá apodos como el de “La Tessy”, con el que cariñosamente llaman sus amigas a Teresa Guajardo, candidata del PRI a una diputación por la Región Carbonífera.
El ingenio popular se ha encargado de bautizar con sobrenombres a los políticos. Recodemos al ex presidente José López Portillo, rebautizado como “El Perro de la Colina”; o a otro ex presidente, Carlos Salinas de Gortari, conocido popularmente como el “Pelón de Agualeguas”.
Nuestra historia registra apodos de personajes como el de Antonio López de Santa Ana, conocido como “El Quince Uñas”, le faltaba una pierna, se la mocharon de un cañonazo. Y el de Álvaro Obregón, quien también tenía quince uñas, pero a éste le decían “El Manco de Celaya”, pues otro cañonazo en la célebre batalla esa ciudad le voló un brazo. Para encontrar el miembro entre todos los cuerpos mutilados –continúa la conseja popular-, un capitán arrojó al aire un centenario y de entre el montón de cadáveres saltó el brazo de mi General Obregón para agarrar la moneda.
Volvamos a los apodos de la clase política coahuilense, con el propósito de que la ciudadanía, en el remoto caso de que no los conociere, reconozca y ubique rápidamente a los candidatos, sus alias, estarán en la boleta. El apodo, aunque es de dominio público y es muchas veces producto, como decíamos, del ingenio popular, quedará registrado así como una marca comercial, como propiedad industrial, con derechos de autor exclusivos y toda la cosa.
Dicho sea de paso, y como todo el mundo sabe, el alias va de acuerdo a las características físicas, defectos o atributos de las personas. De los candidatos a la Gubernatura, Guillermo Anaya Llamas solicitó incluir la palabra “Memo” como popularmente se le conoce, y de la cual no sabemos si se refiere a un memorándum, a un rabioso meme de las redes sociales o a un sinónimo de hombre simple. Por su parte, don Armando Guadiana, candidato de Morena, aparecerá como “Guadiana” a secas, que es lo mismo que no tener apodo, que es lo mismo que no ser popular.
Hay apodos como “El Wicho”, correspondiente a Luis Alfonso Rodríguez, candidato a presidente municipal por Sabinas; o “El Temo”, como se le conoce a Cuauhtémoc Arzola, también candidato del PRI por Ciudad Acuña.
160 candidatos llevarán en las boletas sus apodos: “El Chilaquil, “La Panchis”, La Tesoro”, “El Chapo”, “El Poeta” y otros que por razón de espacio no mencionaremos.
Desconocemos si la candidata a la gubernatura por el PRD, Mary Telma Guajardo Villarreal, solicitó incluir en la boleta electoral el mote con el que se le conoce popularmente: “La Comadre”, y que nada tiene que ver, aclarémoslo, con Telma Tixou, aquella popular vedette argentina de la década de 1970.
O el de la candidata a la presidencia municipal de Saltillo por el PAN, mujer de fortísima pegada, que en estos días recorre a pie las calles de la capital de Coahuila en busca del voto popular –a ver si no pierde en ellas un zapato, como la Cenicienta, pues ya le ocurrió así hace unos años-, bautizada por los medios informativos con el apodo de “La Tía”.
Por más que uno quiera tomar las cosas en serio, con los actores políticos coahuilense es imposible. En días recientes apareció un video en redes sociales, en el que “El Profe” Humberto Moreira va sacando las cartas de la lotería, en alusión a los actores políticos locales y nacionales, con otros apodos. En la lotería política, “El Profe” fue rebautizado con el mote de: “El Valiente”.
Así de “respetables” son la mayoría de los políticos coahuilenses, políticos de minorías, que a duras penas atraen el voto popular. Sólo falta que aparezca en televisión un dirigente de un partido leyendo el tarot político…