La campanada de Wimbledon la dio una tenista de tan sólo 15 años.

Cori Gauff, dio la sorpresa que maravilló a los aficionados del deporte blanco, eliminando a la experimentada y veterana compatriota, Venus Williams, en dos sets 6-4 y 6-4, apenas en la primera ronda del torneo.

Con una admiración profunda por las hermanas más exitosas del circuito, lo primero que hizo la emergente deportista fue estrechar la mano del arbitro e hincarse en su banquillo, seña de su inexperiencia y la incredulidad de haber vencido a una de las jugadoras más imponentes del tenis global.

Después, la originaria de Delray Beach, Florida, y la finalista más joven en el torneo infantil del US Open, así como las más joven en debutar en la superficie de césped de Londres, comenzó a llorar tras su victoria.

"Ni siquiera sé cómo explicar cómo me siento", dijo Gauff, quien se secó una lágrima mientras se alejaba de la cancha, momentos después de su notable victoria.

"Nunca había jugado en una cancha tan grande, pero tuve que recordarme que las líneas son del mismo tamaño, que todo lo externo puede ser más grande, pero la cancha es la misma (...) Después de cada punto me decía que debía mantener la calma".

Una 'pequeña' guerrera

“Creo que el límite es el cielo”, expresó Williams, que accedió al circuito profesional 10 años antes de que Gauff naciera. “Me ha dicho que continúe así. Yo le he dado las gracias por todo lo que hizo. Yo no estaría aquí si no fuera por ella. Venus me inspiró y siempre quise decírselo, pero nunca había podido hacerlo”, afirmó la debutante, que ahora ya tiene todos los reflectores puestos encima de ella.