Usted está aquí
La danza domina a las criaturas del mar
Como parte del Festival Internacional de las Artes Julio Torri 2015, este pasado lunes se presentó en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, el espectáculo “EMMAC Terre marine”, un show dancístico en donde el amor por la fauna hace que los asistentes se sorprenden y conmueven con los movimientos de seres acuáticos que nunca se imaginaron se pudieran crear con un simple pedazo de tela.
El espectáculo dio inicio en punto de las 20:00 horas, el lugar no se llenó, pero una gran cantidad de niños se apoderaron de los asientos. Las tres primera filas cerca del entablado fueron cerradas, en lugar de personas una leve neblina se adueñó de las butacas.
De esa tenue bruma se levantó del suelo una especie de manto gris, que conforme los movimientos y los cantos se transformó en una morsa.
“¿Qué es?”, se escuchaba preguntaban los más pequeños a los adultos, “¿una foca, un lobo, un tiburón?”, decían los niños.
De esta forma fue en la que la artista multidisciplinaria Emmanuelle Calvé captó la atención y emociones de los saltillenses con la puesta “EMMAC Terre marine”, show que retoma la leyenda “inuit” sobre el ciclo de vida y muerte,
Dicha leyenda cuenta el mito de la creación, una historia mitológico-religiosa o una explicación que describe los comienzos del universo, de la tierra, de la vida y del primer humano. Una voz misteriosa es la que se encarga de llevar a los asistentes por este viaje marino.
“Fuerza a las fuerzas a seguir el juego, a escupir su comida como una araña que intenta estrangular la ausencia de su presa”, decía aquella voz.
Y es que según cuenta la historia; en el origen del mundo tan solo había un hombre y una mujer, sin ningún animal. La mujer pidió a Kaila, el dios del cielo, que poblara la Tierra. Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar. Entonces, ella fue sacando del agujero, uno a uno, todos los animales. El caribú fue el último. Kaila le dijo que el caribú era su regalo, el más bonito que podría hacerle, porque alimentaría a su pueblo. El caribú se multiplicó y los hijos de los humanos pudieron cazarlos, comer su carne, tejer sus vestidos y confeccionar sus tiendas.
Sin embargo, los humanos siempre elegían los caribús más grandes. Un día, solo les quedaron los débiles y los enfermos, por lo que los inuits no quisieron más. La mujer se quejó entonces a Kaila. El la reenvió al hielo y ella pescó el lobo, enviado por Amarok, el espíritu del lobo, para que se comiera a los animales débiles y enfermos con el fin de mantener a los caribús con buena salud.
Algunos de estos elementos cobran vida en esta fascinante, conmovedor y sorprendente puesta en escena, donde la belleza tampoco queda fuera, ya que las estética de los movimientos de los bailarines por momentos se transforman en bellos animales, que desde su aparición impresionan a los niños.
Gaviotas hechas de papel, morsas nacidas de un pedazo de tela, serpientes marinas y peces fluorescentes recorren el mar que “Emmac” crea con solo un poco de neblina y luces en colores tenues como azul, verde y amarillo.
La historia interpretada por tres hábiles bailarines no solo se basa en la leyenda inuit sobre el ciclo de vida y muerte, sino que también toma elementos del relato “La mujer esqueleto”, del libro “Mujeres que Corren con los Lobos”, de Clarissa Pinkola Estés.
Esta otra historia cuenta como al sumergirse en las profundidades del mar para afrontar sus miedos y demonios, una mujer se transforma hasta devenir en ella misma, luego de quedar atrapada en la red de un pescador.
Daniel Soulières, es el director artístico de la agrupación Danse-Cité, fundada en 1982 en Montreal, ubica en un lugar privilegiado de la escena, a las marionetas, las historias y las Artes Visuales.
De esta forma los saltillenses y quienes pudieron apreciar el espectáculos se dan cuenta que los géneros establecidos sobre el escenario trascienden al combinar la danza contemporánea, teatro y marionetas como herramientas que ayudan a mostrar la parte emocional y filosófica de una historia que toca la sensibilidad de niños y adultos.
Sin importar la edad del espectador, “EMMAC Tierra Marina” logró transportar a los asistentes a un lugar que no era la estructura interior del Teatro Fernando Soler, sino a un mundo acuático y místico donde la belleza y la poesía fueron el principal protagonista. El espectáculo duró poco más de una hora, lo suficiente para que los asistentes se pusieran de pie y aplaudieron el espectáculo. Dicho evento forma parte de las actividades de Festival internacional Julio Torri 2015 y proviene directamente de la cartelera del Festival Cervantino.