La Cuarta Transformación
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La Cuarta Transformación
Es esa la etiqueta con la cual se le nombró a la promesa del virtual Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, de llevar al país a otra etapa de desarrollo, comparándola con las transiciones experimentadas en la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana.
Aunque no ha quedado del todo claro, la ruta que se habrá de transitar para acceder a ese cambio histórico que se plantea, ni cuál será el objetivo prioritario a alcanzar, todo parece indicar que será combate a la corrupción, el principal instrumento sobre el cual se apoyará esta idea de llevar a México a la Cuarta Transformación.
Hace seis años, el slogan del entonces Presidente Electo, apuntaba hacia el famoso “Mexican Moment” y toda la expectativa que ello generó no solo en el contexto nacional, sino también en el plano internacional. El escenario de aquel entonces estaba conformado por unas naciones avanzadas como Estados Unidos y varios países de Europa, que no terminaban de recuperarse del todo de la gran crisis financiera mundial; así como de países emergentes, (Brasil y Rusia, entre otros) cuyas económicas acabaron por ser exhibidas por las secuelas de dicha crisis.
De tal suerte que la mesa parecía estar puesta. El ascenso al poder de un joven político con un discurso reformador y transformador, era lo que el país requería para catapultarse a las grandes ligas. Efectivamente los primeros dos años de ese sexenio, gracias a la habilidad política que dio pie al funcionamiento del Pacto por México, permitió echar a andar las anheladas reformas estructurales, colocando a México ante los ojos del mundo.
A partir de ese momento, la historia es ya por todos conocida. Desaciertos políticos, yerros en la forma de conducir los actos de corrupción, combinado con un sector de la población que parece no querer entender que los beneficios de las reformas estructurales se dejarán sentir en el mediano y largo plazo, fue lo que provocó un viraje en el sentimiento social.
Ahora nos encontramos frente a otra promesa, otra ilusión que el ahora Presidente Electo nos invita a soñar, para que visualicemos y seamos testigos y actores del cambio que implica esa famosa Cuarta Transformación.
No obstante la diferencia de hoy con respecto a la promesa de hace seis años, es que con el “Mexican Moment”, si parecía haber una ruta trazada. Una serie de acciones que apuntaban a lograr ese tan ansiado cambio. Esas acciones estaban basadas en la modernización económica y transformación social que lograrían las reformas energética, de telecomunicaciones y educativa.
Ahora, con lo que se nos ha presentado, parece no haber una estrategia definida. Todo se reduce al combate a la corrupción.
Y es justamente aquí, donde parece percibirse que la analogía que ha sido utilizada para vender la importancia de esa Cuarta Transformación, no es del todo adecuada. Si bien la Independencia, la Reforma y la Revolución, fueron etapas cruciales en la historia de nuestro país y de importantes transformaciones, solo tuvieron un significado hacia el interior de la sociedad mexicana, poco hacia el exterior.
Ahora el mundo es otro y la globalización es algo con lo que tendremos que vivir nos guste o no. Simplemente no tenemos opción.
En este sentido, si deseamos ser testigos de una verdadera Cuarta Transformación, la mirada deberá estar puesta en otras partes. Si, la lucha contra la corrupción es crucial, pero no debe ser un fin en si mismo.
La Cuarta Transformación deberá apuntar a hacer de nuestro país, un agente importante en la economía mundial. Para ello es necesario adoptar estrategias que nos permitan insertarnos competitivamente en lo que nos depara el futuro a la vuelta de la esquina. El cambio tecnológico que vendrá alterará por completo nuestra forma de vida.
Mientras que nosotros aún seguimos en la arcaica discusión de si echamos para atrás la reforma educativa o no, el tiempo pasa y no somos capaces de adaptar el sistema educativo a lo que viene.
Requerimos futuros profesionistas con las habilidades de lidiar con las nuevas tecnologías, pero a la vez que les permita descubrir en ellas nichos de mercados y aéreas de oportunidad laborales.
Los cambios tecnológicos que nos esperan, implicaran un cambio profundo en el mercado laboral y en la forma de competir de las personas. Parece que aún no logramos percibir eso, y sin embargo eso será lo que marque el rumbo de las sociedades en los siguientes años.
Una Cuarta Transformación que no tome en cuenta esta situación, estará condenada a morir aún más rápido de lo que tardó en hacerlo el “Mexican Moment”.
Guillermo E. Garza De La Fuente
Catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila
@guillermo_garza