La crónica es un género de los márgenes: Leila Guerriero

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La crónica es un género de los márgenes: Leila Guerriero

Leila Guerriero. Fotos: Especial
La periodista argentina presenta en la FIL su reciente libro sobre uno de los grandes pianistas del siglo 20

Por: Sylvia Georgina Estrada /Guadalajara

Lo primero que Leila Guerriero escribió fue un cuento. Algo que le parece muy natural, “¿pues qué pibe escribiría un perfil sobre su abuela?”. Después de estos primeros escarceos con la ficción, la argentina se decantó muy pronto por el periodismo, oficio que practica desde hace casi 30 años y que no planea dejar. De hecho, recién recibió en España el Premio Internacional de Periodismo Manuel Vázquez Montalbán.

“Yo no tengo la vocación de la ficción. Escribí ficción durante muchos años hasta que empecé a hacer periodismo y prácticamente no volví a hacerlo. Para mí es un procedimiento natural ir, ver y contar. Eso va cambiando con los tiempos, no en el método, pero en la etapa de trabajo de campo permanezco más tiempo, cada vez siento que necesito tener más cosas para escribir de manera libre. Eso cambia, pero el lugar desde el cual cuento es el de la no ficción y eso siempre lo tengo claro”, dice en entrevista.

Leila visitó la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para presentar su reciente libro “Opus Gelber” (Anagrama, 2019) y participar en el Encuentro de Literatura de “No Ficción” junto a otros autores de México, España, Ecuador, Argentina, El Salvador y Perú. Su nombre ya es un referente cuando se habla de crónicas y perfiles de manufactura latinoamericana. Sus textos han aparecido en Rolling Stone, El País, Vanity Fair y Gatopardo. Hay muchos periodistas jóvenes que desean emularla, pero ella considera que el llamado periodismo narrativo tiene muy poco espacio a pesar de, paradójicamente, su buena prensa.

“Se habla de boom, se habla de auge. Los medios de Latinoamérica publican cinco notas por mes sobre el boom de la crónica, los mismos medios que se resisten a publicarla, que les devuelven sus notas a los periodistas para decirles que hay que recortarlas 10 mil caracteres, o que no pueden pagar esos textos, o que sí lo publican, pero gratis. Es muy paradójico y bastante enojoso.

“Creo que se han abierto muchos medios, sobre todo en la Web, que publican este tipo de textos. En las crónicas empieza a reaparecer la figura del editor como una persona que trabaja con el autor para buscar el mejor camino para ese texto y no simplemente como un publicador. A pesar de todo esto, creo que es un tipo de lectura de gente de nicho. Por otra parte, la crónica es un género de los márgenes, no tiene vocación de masividad. Es cierto que sí hay mayor diversidad temática y uno ve que la crónica está encontrando su espacio en los libros, cosa que hace diez años no pasaba. Sí pasan cosas, pero no es el boom que se presenta”, afirma la autora de “Una historia sencilla”.

La periodista ha escrito sobre temas muy variados: una serie de suicidios en La Patagonia; la gloria efímera que da ser campeón de malambo, un baile folclórico argentino; cómo ejerce el oficio un mago manco. Ahora, su pluma describe al Bruno Gelber, uno de los grandes pianistas de la época moderna.

Variedad. La escritora confiesa que le interesan temas variados, desde suicidas, hasta Bruno Gelber.

“Siempre hay alguna singularidad que te lleva a querer escribir sobre una persona. En el caso de Bruno Gelber es muy evidente: es uno de los mejores cien pianistas del siglo 20. Es alguien que se sobrepuso al hecho de padecer polio a los siete años, de quedar con una parte del cuerpo paralizada, de la cintura para abajo del costado izquierdo. Un sujeto que a pesar de eso no cejó en su voluntad de transformarse en un genio de la música y que vivió 25 años en París, cinco en Mónaco. Hablamos de 50 años de carrera europea.

La crónica es un gran género para comprender realidades complejas, que casualmente son las que solemos vivir en nuestra parte del mundo. América Latina es un hervidero de contradicciones y de conflictos”.
Leila Guerriero.

“Después regresa a la Argentina, viviendo en un lugar que uno no vincularía con un pianista de élite. Es un tipo que, cuando lo descubres, también descubres toneladas de talento, humor, inteligencia, contradicciones. Como él dice: ‘soy un hombre del siglo 19 simulando muy bien que vive en el siglo 21’. Creo que eso lo define. Pocas veces una persona me ha dado una definición de sí misma tan preclara, tan lúcida, tan hiper consciente de todo. Y es que esa frase te habla de sus ideas conservadoras, de la necesidad que tiene de disfrazarse para sobrevivir, de la proveniencia de sus gustos. Es un resumen perfecto de Bruno”.

¿Qué debe tener una historia, o un personaje, para que sientas la necesidad de contarla?, se le plantea a la periodista. Leila se lo piensa un poco y responde con esa soltura magnética que hace que sus interlocutores -ya sea en una mesa en la FIL frente a cientos de personas, o en una pequeña sala en una entrevista- permanezcan atentos a cada una de sus palabras.

“¿Qué te lleva a contar la historia de una persona? Para mí esa pregunta no tiene una respuesta clara. Me interesan temas muy variados: desde los suicidas que se quitaron la vida en un pueblo de la Patagonia a principios de este siglo y sobre los cuales escribí un libro, hasta ahora con Bruno Gelber, que está en las antípodas de una historia tan truculenta y tan siniestra como esa”, concluye.

 

Título:  “Opus Gelber, Retrato de un pianista”

Autor: Leila Guerriero

Editorial: Anagrama, 2019

336 páginas

‘La crónica es  un género de los márgenes’ Leila Guerriero