La crisis en Perú

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La crisis en Perú

El mandato de Pedro Pablo Kuczynski en Perú comenzó de forma inmejorable, al tomar como uno de los ejes de su mandato el combate a la corrupción e iniciar investigaciones sobre algunos ex presidentes y políticos de primer orden. Incluso se investigó a la ex candidata Keiko Fujimori por haber recibido dinero para su campaña de la empresa brasileña Odebrecht.

Quizá no se dio cuenta en ese momento, pero su lucha frontal contra la corrupción le está saliendo cara, ahora que se ha conocido que la misma empresa Odebrecht también financió parte de su campaña y se ha desatado una crisis política que amenaza con despojarlo de la presidencia.

 Como dicen en el argot mexicano, para tener la lengua larga, se requiere tener una cola corta, o adaptando el dicho a este caso en particular, para combatir efectivamente a la corrupción, un pre requisito es no haber participado actos de corrupción que haga posible que los corruptos se defiendan exhibiendo tus propios actos.

El caso es que en estos momentos Kuczynski está contra la espada y la pared, sobre todo porque a pesar de tener la Presidencia, su partido Peruanos por el Kambio, apenas tiene 19 de los 130 escaños del Congreso, mientras que el partido de Fujimori tiene 71 y hacen falta 86 para solicitar la remoción del mandatario. Por lo que bastaría con que se sumen otras fuerzas políticas como el Frente Amplio, Nuevo Perú o Alianza para el Progreso para consumar su salida.

El juego es complejo, ya que, si bien todo apunta a que el mandatario si recibió dinero de la compañía brasileña, lo cierto es que su salida propiciaría el regreso del Fujimorismo al poder. Por ende, la posición del resto de los partidos de oposición no es clara, porque por un lado no desean hacer comparsa con los hijos de Fujimori, pero por el otro tampoco desean que se les vea como cómplices de la corrupción del presidente.  

De igual forma, la posición del presidente es bastante endeble, porque tiene la presión de los medios de comunicación, una imagen pública por los suelos y los reclamos de políticos de varias extracciones. Además, se debe considerar que, incluso salvándose, su gobierno estaría condenado a la parálisis, ya que no tendrá ni legitimidad, ni apoyos políticos suficientes para emprender las acciones de gobierno necesarias. 

También hay que considerar que la crisis política de Perú no terminaría con la salida de Pedro Pablo Kuczynski, para empezar porque la mayor parte de los partidos importantes de ese país recibieron en algún momento dinero de Odebrecht. De igual forma, existen hondas diferencias entre el resto de los partidos, por lo que el presidente sustituto tendría que afrontar escenarios muy adversos.

Quizá el único rasgo positivo que tiene lo que le está pasando a Kuczynski, es que la corrupción está demostrando ser costosa en países como Perú y si bien parece difícil que esta pueda terminar, lo cierto es que este escándalo ayudará a que en parte se reduzca la misma y se pueda tener elecciones más limpias en el futuro.

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@victorsanval