La contaminación en las manos de los dioses mexicas

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La contaminación en las manos de los dioses mexicas

1. En los terrenos del mito. Los dioses del viento y de la lluvia se han mostrado mas efectivos para el combate a la contaminación que las estrategias y acciones gubernamentales. Mientras tanto, los contaminantes se acumulan, la salud y la economía se deterioran y el malestar aumenta. 

2. Una política autocomplaciente. La autocomplacencia no es algo que caracterice sólo a los funcionarios actuales. Desde que inició el combate a la contaminación, en los setenta, hasta hoy, esa ha sido la característica de quienes ocupan puestos de decisión, sean del PRI, PAN o PRD. Todos califican sus actos contra la contaminación como iluminadas. 

Todos declaraban, hasta hace poco, que cada año el aire era más limpio que el anterior. Así, oficialmente, desde el año 2000 a la fecha, se declaró públicamente una constante disminución de los días en los que se violan las normas por ozono. Habría que someter a revisión estos datos. Y además aclarar que los contaminantes que infectan los aires de la metrópoli, no sólo son el ozono y sus precursores. Están el conjunto de los Contaminantes Criterio y los Contaminantes Tóxicos, estos últimos incluso no sólo más numerosos, sino más dañinos. 

3. Las políticas ambientales: otro mito. La CDMX y la zona metropolitana son un gran laboratorio para estudiar la contaminación y se ha estudiado con profundidad. Los especialistas en salud pública han mostrado los daños a la salud de la población. Sabemos de los daños a la economía y a los ecosistemas. Los distintos programas para combatir la contaminación lo muestran con cierta claridad: está información está en manos de los funcionarios. Con ella pueden tomar decisiones que no toman. No es ignorancia la única explicación del fracaso. 

4. Sí se puede resolver la contaminación. El fracaso, repito no es sólo asunto de ignorancia. Es un problema de decisiones, no sólo de voluntad política, sino de capacidad política para tomar decisiones. Las medidas de política pública para la contaminación se deben jerarquizar, son de distintos niveles. Se tiene que actuar en cada uno de esos niveles. 

a) La planeación urbana, ambiental y del transporte. El orden urbano debe quitarse de las manos de los especuladores del suelo, de los fraccionadores. El orden vial debe quitarse de las manos del vehículo privado y de los microbuseros. El transporte público de pasajeros además de cumplir normas ambientales estrictas, deben cumplir con normas de seguridad, de bienestar y confort. 

b) Los vehículos automotores. Los funcionarios ambientales lo saben. La industria automotriz fabrica vehículos con un doble estándar. Los que se venden en EU, que cumplen con las normas ambientales y de seguridad americanas. Y los que se venden en el mercado mexicano que no cumplen con estas normas. 

c) La verificación. Los vehículos de carga, de pasajeros, de la industria de la construcción, gubernamentales, entre otros, son altamente contaminantes, no obstante se les permite circular. 

d) Los combustibles. La gasolina y diesel que se venden en México y en la zona metropolitana no cumplen con las normas internacionales.

e) Las normas ambientales. Las normas ambientales están por debajo de las internacionales. Aún cumpliéndolas, cosa que no ocurre, no se tendría una calidad del aire adecuada. 

f) Autos, industria y servicios. Estas tres principales fuentes de contaminación tienen algo en común: tecnología obsoleta, combustibles de mala calidad, y no están sujetas a sistemas de verificación confiables. ¿Quién ha sometido a revisión el sistema de verificación de la planta industrial de la megalópolis? ¿Quién sabe algo de la relación entre inspectores de Profepa y gerentes de las industrias?. ¿Quién ha certificado que las emisiones del sector industrial disminuyen en los días de contingencia como dice la ley? 

g) El aeropuerto. A nivel mundial, el tema de la contaminación de aviones y aeropuertos es un tema de preocupación. En México debe de ser sometido a criterios de verificación estrictos. 

5. ¿Y el Hoy no Circula? Es obvio que su contribución es mínima, que es una medida de emergencia, que sólo debe ser un complemento de algo más amplio que requiere de medidas económicas, de política y de gestión. Darle al Hoy no Circula el papel que se le está dando hace entrar con mayor fuerza la política ambiental no sólo en los terrenos del mito, sino sobre todo de la simulación. 

Twitter: @jlezama 

Correo: jlezama@colmex.mx

(Profesor-Investigador en El Colegio de México, doctor en Política Ambiental por el University College London y profesor visitante en el Massachusetts Institute of Technology)