La conciencia crítica mediante la participación

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La conciencia crítica mediante la participación

Este año Alianza Cívica (AC) conmemoró los 20 años de haberse constituido como una organización ciudadana impulsada por un conjunto de redes y grupos de la sociedad civil. Los objetivos de su fundación fueron, básicamente, buscar caminos para avanzar en la democratización del País mediante la vigilancia ciudadana, a fin de lograr desterrar el fraude electoral e imprimir confianza, equidad, imparcialidad y transparencia a los procesos electorales.
En 1994, AC surge como organización plural, no partidista, independiente de gobiernos y partidos, que emprendió una lucha exitosa por la construcción de ciudadanía y la democracia. En esta trayectoria los aprendizajes han sido valiosos y son descritos en forma minuciosa en el libro que sistematiza su experiencia: “Alianza Cívica, 20 años”:

Construyendo ciudadanía activa, democracia participativa y cultura de paz, logrando cambios democráticos, particularmente en el sistema electoral, en los mecanismos de participación ciudadana y en la transparencia y rendición de cuentas de la gestión gubernamental. 

Alianza Cívica fue una multiplicación de las fuerzas sociales que se cimentó en experiencias previas puestas en común. El pacto permitió capitalizar un impacto social de dimensiones hasta entonces desconocidas, porque coordinar a más de 300 grupos, organizaciones de promoción del desarrollo, organizaciones cívicas y sociales, personalidades democráticas del mundo de los medios de comunicación y de la política, convocando a más de 20 mil ciudadanos, repartidos en las 32 entidades de la República para vigilar el proceso electoral del 21 de agosto de 1994.

Durante dos décadas, la lucha de Alianza Cívica contra la compra y coacción del voto ha sido notable ya que, mediante la observación electoral logró clarificar y aquilatar todas las formas y dimensiones del fraude electoral, que persisten como cultura política clientelar partidista y de Estado en contra de la defensa del derecho ciudadano a elecciones confiables. 

Otro de los objetivos estratégicos de AC es impulsar y fortalecer el poder ciudadano mediante el desarrollo de espacios, mecanismos e instituciones para la participación de la sociedad civil en las decisiones públicas y en la vigilancia del ejercicio de gobierno, a fin de ampliar los derechos democráticos, con la convicción profunda de que la participación es una condición sine qua non para el ejercicio real de la democracia en el desarrollo nacional, así como un factor determinante para la plena realización de los derechos humanos.

Lo cierto es que no pueden negarse las contribuciones de AC al avance de la democracia mexicana porque, en primer lugar, “generó las condiciones para que la ciudadanía se movilizara, se organizara, participara asumiendo su derecho a vigilar, a proponer, a exigir y a influir en la observación de los procesos electorales”…generando una participación ciudadana sin precedentes.

Igualmente, otro aporte evidente de AC ha sido la exigencia del derecho de petición y  el derecho a la  información, demandando a su vez transparencia y rendición de cuentas e impulsando también metodologías que facilitan el ejercicio del derecho ciudadano al acceso a la información pública, siendo la primera que hiciera uso de los artículos 6° y 8° para la solicitud de información. 

Un aporte más de AC al desarrollo democrático fue el impulso a las consultas ciudadanas, y no se puede ignorar el de la construcción de ciudadanía.

Los retos de Alianza Cívica no son pocos: el rejuvenecimiento a todos los niveles, la redefinición generacional, renovar la agenda, renovar los métodos... AC tiene la oportunidad de enfocarse hacia el combate a la corrupción y a la impunidad, renovando sus estrategias y planteamientos y aportando su “saber hacer”, su capital político construido en 20 años.