"La carne”, una reflexión sobre paso del tiempo de Rosa Montero

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"La carne”, una reflexión sobre paso del tiempo de Rosa Montero

La premiada escritora Rosa Montero presentó en Gijón "La carne", su más reciente novela. Foto: Notimex
"La carne", dijo Montero, trata sobre ese tipo de cosas, el miedo a la vejez, el miedo a la locura, el miedo al fracaso y el miedo, sobre todo, a la soledad, pero lo hace con sentido del humor.
Uno envejece desde la cuna, y desde que uno empieza a vivir ese tiempo nos va deshaciendo, y la juventud en realidad no es tener las nalgas más duras y la carne más tersa, la verdadera juventud es tener al día siguiente la convicción de que vas a poder comenzar cualquier vida y desde cero"...
Rosa Montero, escritora

La verdadera juventud es tener al día siguiente la convicción de que vas a poder comenzar cualquier vida y desde cero, afirmó la premiada escritora Rosa Montero, quien presentó en Gijón "La carne", su más reciente novela.

Preparando ya la tercera entrega de su personaje favorito, la detective "Bruna Husky", Montero participa en la edición número 30 de la Semana Negra de Gijón, norte de España, donde ya ha estado en varias ocasiones.

"La carne", como todas sus novelas habla de la muerte, del paso del tiempo, de lo que el tiempo nos hace y sobre todo de lo que el tiempo nos deshace.

"Uno envejece desde la cuna, y desde que uno empieza a vivir ese tiempo nos va deshaciendo, y la juventud en realidad no es tener las nalgas más duras y la carne más tersa, la verdadera juventud es tener al día siguiente la convicción de que vas a poder comenzar cualquier vida y desde cero", sostuvo.

Aseguró que al recordar cuando era joven, pensaba que el mundo era una especie de paquete de regalo envuelto, la vida, que podías cualquier día al iniciarlo, empezar cualquier cosa desde cero.

"Esa juventud dura muy poco, cuando tienes más de 20 y prácticamente al llegar a los 30, por supuesto que puedes empezar otra vida, pero ya no la puedes empezar desde cero, ya llevas una mochila a los hombros con todo, con las equivocaciones que has hecho, con el daño que te han hecho, con el daño que tu has hecho", sostuvo.

Aseveró que eso es una especie de cárcel con los miedos que te han impedido ir por dónde querías, "y esos errores, a medida que vas envejeciendo, hacen más grande la mochila, con más piedras, y el espacio de tiempo con el que cuentas para intentar enderezar eso, es más corto”.

"La carne", dijo, trata sobre ese tipo de cosas, el miedo a la vejez, el miedo a la locura, el miedo al fracaso y el miedo, sobre todo, a la soledad, pero lo hace con sentido del humor.

Resaltó que es una novela que trata temas muy graves, pero los trata con sentido del humor. "A mí siempre me ha gustado el sentido del humor, yo creo que es una manera de mirar el mundo mucho más certera, que nos quita la estupidez de la propia importancia, coloca las cosas, nos hace ver que somos muy pequeños”.

Consideró que de todas sus novelas, quizá sea esta la que más humor tiene.

En "La carne", una noche de ópera, "Soledad" contrata a un gigoló para que la acompañe a la función y así poder dar celos a un examante. Pero un suceso violento e imprevisto lo complica todo y marca el inicio de una relación inquietante, volcánica y tal vez peligrosa. Ella tiene 60 años; el gigoló, 32.

Desde el humor, pero también desde la rabia y la desesperación de quien se rebela contra los estragos del tiempo, el relato de la vida de "Soledad" se entreteje con las historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para la Biblioteca Nacional.

Montero prepara ahora la tercera entrega de novelas con su detective "Bruna Husky", una replicante, rep o tecnohumana que trabaja como detective privado en Madrid, Estados Unidos de la Tierra, en 2109.

Como todos los tecnohumanos fue creada con 25 años, guarda recuerdos implantados de una infancia dichosa, rota por la muerte de su padre a los nueve años.

Fabricada como replicante de combate, trabajó dos años para la compañía que la creó y luego obtuvo su libertad.

Actualmente tiene 31 años y la quedan cuatro de vida, antes de sucumbir, como el resto de los replicantes, al TTT (Tumor Total Tecno), un cáncer que inexorablemente termina con su vida a los 10 años.