La cabeza de ‘El Profe’ en España

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La cabeza de ‘El Profe’ en España

Felices estaban los militantes del Partido Acción Nacional de que una madre patria, estricta y regañona, se haya propuesto corregir a sus “hijos” descarriados de México, como es el caso de Humberto Moreira detenido en España, donde hoy gobierna el Partido Popular, de similar ideología que el PAN, que también usa el color azul de los partidos de derecha y, asimismo, con una militancia igualmente corrupta como la clase panista de nuestro País.

Y no se trata de defender aquí a “El Profe” Moreira de la jauría que hoy se ha lanzado en su contra, para eso están sus allegados Lito Ramos, Chuy Ochoa, Samuel Rodríguez, Evaristo Madero y su gurú en asuntos jurídicos, Pepe Fuentes, los mismos que no han sacado la cara por su benefactor, por el político que fue tan magnánimo con ellos.

Aquí el problema que nos planteamos es el hecho de que una patria madrota, como la española, pretenda corregir nuestros vicios y corruptelas, esas “costumbres históricas” heredadas de ellos mismos, que trajeron a México la transa y el ominoso desprecio por la ley, el clásico “se acata pero no se cumple”.

Y la imagen que mejor describe el arribo de esos españoles a nuestra tierra es el mural de Diego Rivera en Palacio Nacional titulado “La llegada de Hernán Cortés”, donde el conquistador extremeño aparece deforme por la gota, carcomido por la sífilis, con la espada desenvainada exigiendo oro y tributo a los nativos.

Dirán que es ridículo criticar a los españoles por asuntos tan pretéritos pero aún hoy siguen llegando a México con la ambición desmedida, la corrupción encarnada y el espíritu esclavista de sus bancos, sus atracos en agua, gas,electricidad y carreteras.

Y es que no hay nada más espeluznante que un banco ibérico llegue a México anunciándose como su “banco amigo”, porque de inmediato nos recuerda a los ejecutivos de Santander y BBVA, los mismos que esperaban en las cantinas aledañas al zócalo capitalino a que los enviados de Javier Villarreal salieran de las oficinas de la SHCP en Palacio Nacional, donde funcionarios corruptos de Felipe Calderón les respaldaban los contratos fraudulentos de la deuda, valiéndose de sellos falsos del Gobierno federal para cometer el ilícito del que ahora Guillermo Anaya y el “Niño Azul” tanto hablan y se escandalizan.

Ellos, los panistas de Calderón, también son cómplices de la megadeuda por dar su aval, por ser tan laxos e indulgentes con la mafiosa banca española que participó en dicho latrocinio.

¿Nos quiere corregir la patria madrota? Pues que empiece con sus hijos corruptos de Agsal, Gas Natural, BBVA, Santander, OHL, etc. De igual forma, los panistas deberían corregir a sus Arcadios, a su diputada amasia de “El Chapo”, al abortista Preciado, al corrupto Padrés y, por supuesto, que nadie les vaya a decir que no se puede, como dice muy orondo Ricardo Anaya en su spot anticorrupción.

Finalmente hay que decir que en un pueblo de Extremadura (Medellín), hay una estatua de Hernán Cortés portando el estandarte de Castilla y con su pie izquierdo pisando la cabeza de un indio decapitado. ¡La cabeza de Humberto!, claman hoy los panistas corruptos. Aunque no debería ser la cabeza de ningún mexicano.