La broma del Metrobús

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La broma del Metrobús

El 28 de diciembre de 2018, el día de los santos inocentes, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló frente al público del teatro Nazas de Torreón. No llevaba ni un mes en el cargo, cuando se presentó por primera vez en Coahuila, por primera vez en La Laguna, ya como presidente.

No habló de nuevas inversiones, nuevas carreteras, nuevos hospitales. Vino a anunciar cifras de los beneficiados para sus becas y sus apoyos asistencialistas. El único proyecto del que habló, fue el Metrobús Laguna. “Se le va a dar continuidad a la obra del Metrobús de Coahuila, vamos a que no solo incluya Coahuila, Torreón, sino que se amplíe a Gómez Palacio y a Lerdo”, se escuchó en un inicio y de fondo se sintieron aplausos y bravos de la gente. Después continuó: “ya se está contemplando para esto una inversión, y es mi compromiso de 474 millones de pesos”.

Casi seis meses después, como la Chimoltrufia, como dice una cosa dice otra. Lo que ya sabemos, en una consulta a mano alzada, el presidente preguntó quién quería y quién no quería el proyecto del Metrobús. “Ganó” claramente el no y los aplausos y bravos de la gente del 28 de diciembre, mutaron por un unísono “no” con tufo a orquestación. El 28 de diciembre nos bromeó con el apoyo a un proyecto, y el 16 de junio utilizó una broma para echar abajo el mismo.

Unos días antes del evento de la consulta a mano alzada, el presidente se reunió con empresarios de La Laguna. Se habló de impulsar proyectos económicos, pero también de dar certezas. Días después, vino a La Laguna, vapuleó un proyecto, tambaleó su compromiso y desapareció la certeza.

El proyecto del Metrobús es una obra que hace cinco años se comenzó a aterrizar, pese que la idea tiene más de un lustro. El Metrobús es quizá, la obra insigne de la llamada “metropolización”. En una región como La Laguna, donde cada municipio y estado tiran de la cuerda para un lado, el Metrobús sería el proyecto político que tejería esa unión de ciudades y estados.

¿Por qué era importante? Porque mientras se habla hasta el hartazgo de zona metropolitana, el transporte –entre muchas otras áreas- es lo que menos tiene de metropolitano: Del lado de Durango las concesiones están reguladas por el estado, mientras que en Coahuila por los municipios. Además, únicamente los autobuses Torreón-Gómez Palacio-Lerdo –chatarras andando conocidos como los “rojos” y “verdes”- son los que pueden cruzar el río Nazas. Como los taxis, ningún otro.

Según los estudios de tercería contratados por el gobierno de Coahuila el aforo en la ruta Matamoros-Torreón, sería de 125 mil personas. En el caso de Lerdo y Gómez Palacio, cerca de 70 mil.

En Coahuila el proyecto está avanzado, mientras que en Durango ha tenido retraso tras retraso. Todos ellos con un tufo de compromiso con la mafia de transportistas. Por parte de las autoridades de Durango, el Metrobús siempre había quedado en la palabra y nunca en hechos.

Además, después de echar para abajo el proyecto en la “consulta”, una serie de mensajes en distinta dirección han circulado en la palestra pública.

En diciembre el proyecto iba con 474 millones, en junio el compromiso se cae. Después Reyes Flores, delegado del gobierno federal en Coahuila dijo que sólo está suspendido. El delegado en Durango, Enrique Novelo, no aparece desde su accidente en abril pasado.

Después del secretario de Gobierno en Durango, Adrián Alanís, declaró que acatarán la decisión del presidente. Enseguida el director de movilidad de la subsecretaría de Transporte en Durango, Eugenio Soto Landeros, aseguró que el proyecto sigue en pie. También el gobernador José Rosas Aispuro declaró hace unos días que el Metrobús no está cancelado. Pero apenas el sábado, el gobierno de Coahuila envió un comunicado de una reunión entre los dos mandatarios donde se dijo, textual: “continuarán insistiendo ante la federación para lograr obtener la suma programada de 150 millones de pesos para el proyecto base en Durango”.

La confusión de los mensajes, la esquizofrenia de la política.

AL TIRO

¿Dónde están la división de poderes y los diputados? El presupuesto destinado al Metrobús está etiquetado y fue aprobado por los diputados federales. Modificar a la brava el destino del recurso significaría pasarse a los diputados por el arco del triunfo y violar las leyes y el estado de derecho. La cancelación del recurso y la reasignación del mismo, no puede darse por orden del ejecutivo, sino que tiene que pasar por el Congreso. ¿Dónde están los diputados que aprobaron el recurso al Metrobús?

El viernes el presidente convocó a la gente al Zócalo de la Ciudad de México para celebrar el primer año de lo que llamó el triunfo electoral. Adelantó que habrá un festival con música popular. El presidente, no es un secreto, sigue en campaña.

Qué mala broma de los inocentes la del pasado 28 de diciembre.