La astilla y el señor Chong

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La astilla y el señor Chong

Tal vez el señor Chong lo ignore, pero cuando a alguien se le encarna una astilla en un dedo y no se la extrae por cobardía o indolencia, al día siguiente bien puede encontrarse con una pequeña infección y temperatura local. ¡Claro que el accidentado puede remojar la yema herida en agua caliente para tratar de contener el mal! Sin embargo, este remedio casero será inútil porque la purulencia crecerá incontenible al extremo de que la extremidad se llenará de pus y el dolor se tornará insoportable. De no extraer el objeto extraño, la mano entera aparecerá contaminada y avanzará la patología a lo largo del brazo, que deberá ser amputado para evitar que la “insignificante” dolencia se convierta en una septicemia de fatales consecuencias. ¡Cuidado!

¿A dónde voy con el ejemplo? Al hecho de que cuando unos musulmanes fanáticos asesinaron a unos caricaturistas en París, al día siguiente se conocía la identidad de los criminales que fueron atrapados o reducidos a balazos en la misma semana en que ocurrieron los acontecimientos. Imposible olvidar cuando un par de hermanos delincuentes pusieron bombas durante el maratón de Boston y días más tarde la policía tenía muerto a uno y al otro arrestado. ¡Eso es eficiencia! Lo mismo ocurrió con el bombazo en la madrileña estación de Atocha, así como con la explosión en el metro de Londres.

Hace un año –¡un año!- desaparecieron 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa y si bien algunos de los supuestos autores materiales e intelectuales se encuentran detenidos, la sociedad mexicana y el mundo permanecen, como siempre, en el escepticismo, sin saber qué ocurrió, quién ejecutó esa espantosa matanza, por órdenes de quién y por qué. México vuelve a acaparar la atención mundial ya no sólo por los hechos siniestros, sino por la incapacidad policiaca. ¿Es incapacidad, corrupción o todo junto?

¿El desprecio a los sentimientos de los padres y de la nación impidió que una autoridad alarmada pidiera ayuda a Scotland Yard o al FBI o a la Mossad judía? ¿El gobierno sabe lo que ocurrió y oculta a los responsables por razones inconfesables? Pues bien, lo que en su momento fue una pesadilla macabra como la desaparición de los jóvenes, que pudo resolverse por medio de una investigación eficaz y vertiginosa atendiendo a la gravedad de las circunstancias, al día de hoy la protesta justificada de los padres ignorados a un año de los hechos ya se extendió como una amenazadora metástasis al descubrirse alianzas con la Coordinadora de Trabajadores de la Educación, (CNTE), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el de trabajadores de la UNAM y del de Telefonistas de la República Mexicana, lo cual supone el avance temerario del proceso de infección a lo largo del país. ¿El señor Chong sabrá lo que significa una espina encarnada…?

¿A dónde vamos si esas organizaciones, sumadas a grupos paramilitares armados, intentan capitalizar los terribles acontecimientos en Guerrero para incendiar al país? ¿Que hará el señor Chong encerrado en juntas mientras que se empieza a despertar lentamente el México Bronco y Peña Nieto, en sus delirios narcisistas, va a la ONU, a New York City, Ah, mecsicanous…!, mientras viene a México una delegación de la Comisión Internacional de Derechos Humanos para esclarecer los hechos?

¿Y si el señor Chong se regresara a Pachuca? ¡No, pobres hidalguenses…! ¿Entonces…?

fmartinmoreno@yahoo.com