La arista insospechada de París
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La arista insospechada de París
CONTRAESQUINA
En agosto de 2014 y en Madrid, España, dentro de una entrevista, el escritor Michel Houellebecq preguntaba a su interlocutor en turno: “¿Qué eso del cubo?” cuando al francés le platicaron que las redes sociales ardían con el #IcebucketChallenge, éste preguntó, “¿Para qué lo hacen?” “¿Solidaridad con quién…?” al final y para la revista “GQ”, espetó, “Yo daría dinero para alguna causa, pero nunca me tiraría agua encima”.
Tal vez siga sin tirarse agua encima. Tal vez no lo hace desde hace años. Ni le interesa, ni le hace falta. Aquel bobalicón desafío de las redes sociales, como todo lo amamantado en internet, es hoy sombra, polvo, nada. Los cabellos hirsutos, en rebeldía y las volutas de humo de su cigarrillo las cuales se enredan en una espléndida fotografía de Daniel Lafuente con las propias ideas de su autor, Michel Houellebecq (1958), reflejan exactamente la personalidad de un escritor, un poderoso contador de historias y un poeta, tan provocador, como radioactivo, políticamente tan incorrecto y subversivo que pocos han reparado en su visión futurista y su protagonismo tan polémico como azaroso en los terribles acontecimientos en París y en el mundo, debido a lo atentados de los musulmanes radicales llamados yihadistas.
Pocos han notado y reparado en esta arista insospechada del autor de “Plataforma”, “El mapa y el territorio”, “Poesía”, “Las partículas elementales” entre otros. En enero pasado los musulmanes extremistas entraron a la redacción de la revista satírica “Charlie Hebdo” en París, Francia, matando a 12 de sus colaboradores, incluyendo a su director, la publicación tenía en portada al francés y en plena promoción de su última novela, “Soumission” (Sumisión), una ficción donde profetiza que en dos lustros, Francia estará gobernada por un… musulmán. En aquellos meses que hoy reviven, el francés provocador Michel Houellebecq abandonó la promoción de su novela e incluso, abandonó Francia dando pie a todo tipo de especulaciones, tanto de sus fanáticos, como de sus detractores.
Se le ha señalado como partidario de la ultraderecha representada por Marine Le Pen y si usted recuerda, lector, por aquellos meses este partido promovía la candidatura de Mohammed Ben Abbes. Hoy, pocos o nadie recuerdan lo anterior. Lo importante se pierde entre el ruido y la basura que pudren las redes diario. El mago Houellebecq es un pensador, un narrador y, como deben de ser los buenos escritores y periodistas, no debe de tomar partido. Pero sí debe de criticar todo lo criticable. Lo hace. Sus provocaciones ya están en la agenda mundial.
Esquina-bajan
Su ficción es más poderosa que la vida “real”. Si en su nuevo texto profetizaba un ascenso en el poder de los musulmanes, en 2001 fue llevado a los tribunales galos cuando dijo en una entrevista que el Islam era la más “estúpida de las religiones”. En aquel año dijo a todos los vientos: “Me digo que el simple hecho de creer en un solo Dios es un comportamiento de cretino, no encuentro otra forma de describirlo. Y la religión más estúpida es, seamos honestos, el Islam. La Biblia por lo menos es bella porque los judíos tienen un gran talento literario… y sólo por eso se les perdona mucho”.
Cuatro organizaciones musulmanas lo llevaron a juicio. Ante el Juez, y con su cinismo e inteligencia única, el autor de “Poesía”, dijo que no despreciaba a los musulmanes, sino a su religión, porque al igual que el cristianismo y el judaísmo, está “basada en textos de odio”. Luego del escándalo mediático, el Juez archivó el caso. Y lo que no puede ser “archivado” son los acontecimientos de terrorismo y las amenazas que ha lanzado el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en contra de las principales naciones occidentales; es decir, los “infieles”, como por lo general suelen referirse. En compañía ya Francia y Rusia, Estados Unidos ve con preocupación y recelo esta cercanía.
En el más reciente número de la revista “Charlie Hebdo”, esta ya trae en su portada los atentados de París, en la carátula se lee: “Ellos tienen armas, que se jodan, nosotros tenemos champán”. En la portada se ve a un hombre en actitud festiva, botella y copa en mano, con el cuerpo cosido de balas, a éste se le va la vida y el vino espumoso por los agujeros. El 7 de enero, los hermanos Cherif y Said Kouachi asesinaron a 12 personas de la redacción del semanario satírico, incluyendo a su director. El Director era amigo de Michel Houellebecq. Y este escritor provocador, amargo y agrio como pocos, en su más reciente texto profetiza que en el 2022, luego de un segundo periodo de Francoise Hollande al frente de Francia, el país queda en manos de un musulmán moderado.
Letras minúsculas
Con estos hechos de sangre, la ficción al parecer, será para otro año en Francia donde se cobijan miles de musulmanes y al día de hoy, aún no tan violentos…
Jesús R. Cedillo
EN SU NOVELA ‘sUMISIÓN’, MICHEL HOUELLEBECQ, profetiza que en 2 lustros, FRANCIA ESTARÁ GOBERNADA POR UN... MUSULMÁN