La actual revolución
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La actual revolución
Para Toffler, la humanidad había pasado por tres grandes etapas u olas en la dominación, la primera que fue la agrícola que originó la lucha por las especies y los alimentos; la segunda fue industrial por el Siglo 18 que dio el poder a quien controlaba la producción masiva; y la tercera, la del conocimiento que dotó del dominio a quien controlaba la tecnología y el conocimiento.
Imagino el plagio entonces, en esta llamada cuarta revolución industrial que es la del conocimiento y sus derivaciones, que encaminan al poder, de tal manera que una nación es más fuerte en relación a su capital intelectual, que produce objetos y sistemas que generan riquezas.
Definida como la etapa en la que los sistemas ciberfísicos son capaces de comunicarse entre sí y con los humanos, marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas que cambiarán el mundo.
“Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado”, vaticina Klaus Schwab, autor del libro “La cuarta revolución industrial” (2016).
En el libro encontramos que la manufactura cambiará de un modo radical el mundo del empleo. Los “nuevos poderes” del cambio vendrán de la mano de la ingeniería genética y las neurotecnologías, dos áreas que parecen encriptadas para el hombre común, que como yo en los 80 no atinaremos a entender.
Pero las repercusiones impactarán en cómo somos y nos relacionamos hasta en los rincones más lejanos del planeta; la revolución afectará: el mercado laboral, la estabilidad, la desigualdad en el ingreso y sus fauces impactarán la seguridad geopolítica y los confines de la ética.
Estaremos al frente de una fábrica muy inteligente que combinará maquinaria con sistemas y uno que otro operador, ya que serán controladas a través de una red informática capaz de autoadministrarse.
La toma de decisiones evidentemente se dejará al factor humano; sin embargo, no será difícil ya que el elemento que detiene hoy día a las grandes decisiones es la ética, que aun considera el factor capital humano como fundamental en la empresa moderna.
Una empresa de ejecutivos y pocos operarios, llena de administradores de redes, de vendedores y encargados de Márketing y Diseño.
Los datos duros de esta nueva manera se están presentando y se pueden enumerar: 1. Alemania es el primer país en establecerla en la agenda de gobierno como “estrategia de alta tecnología”; 2. Su plataforma se basa en sistemas ciberfísicos, que combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología y tecnología digital de comunicaciones; 3. La internet vendría a ser como el big brohter de las cosas y jugará un rol fundamental; 4. Permitirá agregar 15.2 billones de dólares a la economía mundial en los próximos 15 años; 5. Cambiará el mundo del empleo por completo.
El Foro Económico Mundial lanzó el reto: “La cuarta revolución industrial no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital”, dice Schwab, que es director ejecutivo, y agrega: “Hay tres razones por las que las transformaciones actuales no representan una prolongación de la tercera revolución industrial, sino la llegada de una distinta: la velocidad, el alcance y el impacto en los sistemas.
La dinámica de los avances actuales no tiene precedentes en la historia… Y está interfiriendo en casi todas las industrias de todos los países”.
Tan acostumbrados que estamos en masticar las cosas, razonarlas y después emitir opinión, podremos ser rebasados por esta ola anunciada hace algunas décadas; el riesgo es no estar preparados.