La grabación de la Televisión Central Coreana (KCTV por sus siglas en inglés) dura exactamente 15 segundos, y en ella se muestra a Kim viendo a través de unos prismáticos la simulación de un lanzamiento de misiles balísticos desde un buque de guerra norcoreano.

La férrea censura de todo tipo que existe bajo la dinastía comunista no le permite a la población local sintonizar alguna otra cadena extranjera, especialmente de radio. Tampoco se puede acceder a internet, por lo cual los ciudadanos de la nación del sudeste asiático deben conformarse con una intranet vigilada por el régimen que los mantiene aislados del resto del mundo.

Sin embargo, desde hace tres días esta audiencia cautiva compuesta por 25 millones de personas cuenta con otra "opción" a través de la cada vez más popular red social Instagram.

La dictadura de Pyongyang inauguró su cuenta en ese sitio web con una canción melancólica, y en su programación regular a nivel nacional a menudo debe "rellenar" con música de ese mismo tipo los minutos que no le dedica a promocionar las actividades de Kim Jong-un.

Las frecuentes ausencias del líder de Corea del Norte necesitan ser cubiertas, en muchas ocasiones, por repetitivas noticias de semanas anteriores.

No obstante, se cuida de transmitir una imagen moderna: el cibernauta extranjero no verá, al menos por ahora, a este tipo de presentadoras en las redes sociales de la televisión comunista, según publica el periódico El Mundo.

Pero si a los internautas, tras asomarse por medio de Instagram al país más "cerrado" del planeta, le dan ganas de visitarlo, sólo deben ir al perfil de Uri Tours, la agencia que recientemente lanzó la primera "escapada surfera" a Corea del Norte.