Se siguen agregando capítulos a la 'novela' a la que está muy a la expectativa el corredor industrial del Sureste de Coahuila, la gran "bronca" que trae el nuevo Gobernador de Nuevo León. Jaime Rodríguez, por lo que considera excesivos e ilegales apoyos que el anterior mandatario Rodrigo Medina concedió a Kia Motors. Ayer, según información en redes y que reporta el Grupo Reforma, Bernardo Castillón Gómez, compadre del ex Gobernador, afirmó que no hubo privilegios, que fue "casualidad" el que él y unos socios hayan vendido en 186 millones de pesos el terreno que les costó sólo 55.3 millones para la instalación de la planta.

El empresario rechaza así que hayan utilizado información confidencial para hacer este negocio millonario a la sombra del poder: "Para efectos prácticos. Aunque se oiga bien feo, aunque se oiga, no feo: '¿Entonces fue casualidad?'. Sí fue casualidad, y no me canso de explicarlo porque sí fue así"

De acuerdo con información difundida en web sobre el caso, en abril del 2013 el empresario y su socio Juan Manuel García Cañamar, ambos amigos de golf de Medina, adquirieron 120 hectáreas en Pesquería por esos 55.3 millones de pesos, y tan sólo 15 meses después, en julio del 2014, lo vendieron al Gobierno de Nuevo León, quien lo cedió a Kia para la instalación de su planta.

Esto es sólo parte del proceso de revisión al que entró el gobierno neolonés tras la llegada de la nueva administración de Jaime Rodríguez, quien advirtió que revisarían todos los apoyos concedidos a Kia, por considerar que muchos están fuera del marco jurídico y que no corresponden a un esquema de negociaciones para atraer inversión.

Esta situación es seguida con mucho interés por el corredor automotríz de la Región Sureste de Coahuila, pues gran parte de los proveedores de Kia estarán en Ramos Arizpe y Saltillo, donde capitalizaron los sacrificios del gobierno del vecino estado para atraer a la armadora.

En la entrevista con Castillón Gómez difunda hoy, Reforma señalan que éste afirmó que su inmobiliaria se negó por escrito en dos ocasiones a vender la propiedad a Medina, pero que las entonces autoridades estatales presionaron argumentando que con la negativa bloqueaban un proyecto estratégico para Nuevo León.

Además, afirma que el que Kia se quedara con el predio les implicó una severa pérdida, pues de no venderle ese terreno al Gobierno del Estado en este momento su valor sería muchísimo mayor, hasta en 250 pesos el metro cuadrado.