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‘Khimaira’; sin perder el asombro
Parte de crecer es perder la venda de los ojos y con ella se va el asombro, la visión única de un mundo a través de un cristal lamoso de inocencia. Con ‘Khimaira’, su regreso a las galerías saltillenses, el fotógrafo Óscar Dávila recrea esas escenas de la fantasía infantil para los adultos que las han olvidado.
Se trata de 11 imágenes que además, darán apertura a la sala de exposiciones de la Universidad Carolina, institución que contactó a Dávila para sacarlo involuntariamente de su “clavadez” laboral.
El fotógrafo señaló que parte de esta muestra ya había sido expuesta en el Cerdo de Babel, mientras que otras dan la cara al público por vez primera en ‘Khimaira’ (animal fabuloso o monstruo híbrido).
“El nombre de esta exposición sale a colación porque es como un collage, quería que realmente no tuviera una línea muy definida’, explicó el autor.
Es por ello que en esta selección se hace muestra de una evidente ilusión ficticia cargada de fantasías, surrealista y muy mágica.
“Trata mucho de como nosotros a través de la imaginación podemos crear todo un mundo y situaciones que muchas veces tienen que ver con la forma en la que vivimos la infancia cuando todo nos llama la atención, nuestra imaginación está a full, vemos colores en todos lados y por todo nos emocionamos”, explicó argumentando que con esta muestra busca que, el adulto recupera su lado imaginativo, artístico y abstracto, ya que a pesar de haber estado muy inmerso en el arte e incluso haber expuesto en el Recinto Cultural Casa Purcell, durante unos cuatro años, después sólo hizo fotografía comercial.
“Dicen que uno atrae lo que quiere y yo ya tenía varios meses queriendo regresar a la onda artística porque ya lo tenía muy abandonado. Me dieron muchas ganas de volver a empezar porque lo comercial de pronto es muy frío, todo es bajo pedido y si hay forma de expresarte pero no tanto como en el arte tal cual”, señaló el fotógrafo a VANGUARDIA.
Asegura además que durante sus años de “stand by” en el arte muchas cosas cambiaron, por lo que cuando lo invitaron a la Universidad Carolina, se vio en conflicto a la hora de tener que definir su trabajo ya que, al haber parado, cambió mucho su estilo, tomó otras ideas y el camino se volvió distinto, por lo que creativa y técnicamente ya no es el mismo.
“Me gusta mucho lo que voy a exponer, pero siento que a lo mejor ahorita traigo ya una onda distinta, mucho más fina en ondas visuales, más limpia. Mi visión ahora es muy muy minimalista y en aquel tiempo en las fotos se nota mucho que el minimalismo no es lo que buscaba, al contrario” aseguró.
Entre más colores y elementos era mejor para él, sin embargo aunque no prescinde de ellos en sus imágenes, busca crear una composición con un tono más uniforme que dejan de lado aquella apariencia algo tierna que predominaba en su trabajo.
“Siento que hoy tengo una visión más agresiva de la foto, aunque lo que voy a exponer es más inocente. Ahorita expresaría algo no serio porque no es lo mío, a mi me gustan los colores vivos, no me gusta lo dark, pero ahora si puedo darle mayor agresividad al concepto”, explicó.
Y este nuevo panorama es resultado de su experiencia en el campo laboral publicitario, donde pudo experimentar al público como cliente tras ubicarlo como audiencia.
“Hay gente para la que la foto si es muy importante, y hay quienes lo ven como cualquier cosa. Yo casi siempre trato de que mis ideas se respeten para que a mi me divierta y a mi me genere interés porque deja de tener sentido cuando nada más lo haces por dinero” dijo.
Su aliada más grande ha sido la iluminación, elemento que considera clave para lograr lo que cualquier artista busca: impactar a la gente.
Para ello se apoya en los mensajes, los colores y los conceptos tan bien aterrizados que logran impactar a la gente aunque esta no comprenda muy bien por qué.
Sus comienzos
Para él todo dio inicio de manera tan casual como un hobbie que le fue llamando más la atención hasta que ahorró y se compró una cámara y la cosa se fue en serio; “me clavé tanto que terminé bien metido”.
Las artes siempre estuvieron presentes en su vida, ya que si no se dedicaba a tocar la guitarra, pintaba o dibujaba; esas cosas que varían de uno a otro cuando se toma en serio la disciplina artística.
“Pero cuando me topo con la foto me cautivó mucho encontrar la manera más completa de poder transmitir lo que quería. Las otras disciplinas si me llenaban pero no tanto como lo que encontré en la foto”.
De eso serían unos 6 ó 7 años durante los cuales expuso y se desentendió pero ahora está de vuelta con la intención de incrementar su producción personal más allá de la fotografía publicitaria y de producto.