El fin de semana pasado fue tendencia en Twitter el resultado de la auditoría que hizo USAID (La Agencia de Estados Unidos para la Ayuda Humanitaria) a Juan Guaidó por la entrega de alimentos en el 2019. En resumen, se acusa que se había entregado solamente el 2% por ciento de los 500 millones de dólares que se habían destinado, y el resto aún no está claro cómo se gastó y/o entregó.

Retrocedamos dos pasos antes de este suceso, para entender qué está pasando. A la muerte de Hugo Chávez en Venezuela, más de uno (incluida yo) pensamos que era el fin del régimen chavista y el inicio de una nueva forma de hacer política en ese país. Al final no fue así, Nicolás Maduro y el pajarito que le habló al oído, logró seguir en el poder hasta el momento que se escribe esta columna. Juan Guaidó, el favorito de los Estados Unidos para derribarlo, no solo por su carisma, sino su historia de vida, que lo conectaba muy bien con los círculos del poder en Estados Unidos. A su llegada al poder constitucional, Estados Unidos le apoyó con recursos económicos, políticos y sociales para poder derribar el gobierno de Maduro. Esto con el afán de legitimar su gobierno, ante un dictador que no aceptó resultados electorales, a tal grado que después él mismo cambió la Constitución de Venezuela para seguir en el poder.

En este orden de ideas, lo que ocurrió el fin de semana es sorpresivo, pero a la vez demuestra la solidez de las instituciones en Estados Unidos. ¿Por qué? Las organizaciones de la sociedad civil entendemos a Juan Guaidó porque es nuestro dolor de cabeza y nuestro talón de Aquiles muchas veces. Me explico mejor: el diseño de proyectos sociales, de cualquier índole: salud, desarrollo social, educación, se ven muy simples y sencillos en papel; el reto se encuentra en la implementación. 

¿Quién no recuerda esos videos y fotografías en la frontera de Colombia y Venezuela con familias completas buscando alimento y medicinas durante el 2019 y 2020? Es clarísimo que había (y sigue habiendo) un gran problema social debido a la extrema pobreza que viven miles de personas en Venezuela debido a la incapacidad de gobierno de dar respuesta a las demandas sociales. Entonces, ¿qué pasó?

En lo personal, no creo que Juan Guaidó se haya quedado con todas esas toneladas de alimento, mas bien, lo que ocurrió es que es muy difícil documentar (llenar todos lo reportes y gastar cada centavo en lo que se dijo que se iba a gastar). USAID es conocida entre la sociedad civil porque quiere saber para qué usaste cada lápiz que compraste y cómo evaluaste que el lápiz funcionó para llegar a tu objetivo planteado. Esto es sumamente complicado en situaciones “normales” porque cuando trabajamos con personas, todo puede cambiar. Ahora, eso mismo pensémoslo en medio del caos en Venezuela con un gobierno en turno que no quiere tu ayuda en ninguna circunstancia. Parte de dicha auditoría habla que no hubo apoyo de parte de diferentes líderes políticos para cruzar la frontera con Colombia entre febrero y abril del 2019.

Por otro lado, Estados Unidos demuestra que no importa quién seas o a quién conozcas, o hasta cuál sea tu objetivo final, todas y todos están sujetos al Estado de Derecho, es decir, a las normas y procedimientos de cada una de las instituciones, como es USAID, que existen desde Lyndon B. Johnson hasta hoy (pasando por Trump), sin grandes cambios en su deber ser. Esto es muy importante, porque las instituciones de un país no deben de depender de la ideología o de los objetivos personales de cada presidente, sino de lo que mejor le conviene al país en términos de su política interna y externa.