Justicia histórica para el general

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Justicia histórica para el general

Segunda Parte. Este es la segunda parte de una biografía que tendrás tres tomos. / Orlando Sifuentes
El segundo tomo de la biografía del ex-presidente se presentó la noche del pasado martes en el Centro Cultural Vito Alessio Robles

Toda historia necesita un villano y en el caso de la versión oficial de la Revolución Mexicana ese rol fue adjudicado al ex-presidente y general Porfirio Díaz, cuyo mandato es presentado en los libros de educación básica como una época oscura en el pasado de México que no hubiera tenido final de no ser por los esfuerzos de Francisco I. Madero.

Sin embargo, la realidad nunca es tan bilateral y la figura de este personaje ha sido estudiada en años recientes bajo una lente más imparcial, que ubica los claroscuros de su administración en su tiempo y busca reivindicar al mandatario que trajo la revolución industrial al país y que pare la propaganda negativa en su contra.

Uno de estos textos es la biografía “Porfirio Díaz, su vida y su tiempo”, texto dividido en tres tomos de los cuales el segundo, “La Ambición”, se presentó el martes 4 de diciembre en el Centro Cultural Vito Alessio Robles por su autor, Carlos Tello Díaz y acompañado por Lucas Martínez Sánchez, director del Archivo General del Estado, quien tomó primero la palabra.

“Hablar de Porfirio Díaz no es fácil, ni frente a investigadores, ni frente a público interesado en el tema, y no se diga frente a la enseñoriada precepción que en tiempo real juzga y condena lo que se le ponga en frente”, comenzó Lucas.

“Díaz es personaje de extremos, o se le odia o se le quiere, a eso se le condenó en las interpretaciones de la Revolución. Siempre nos hace falta un villano. La investigación del dr. Carlos Tello es una versión sólida, profunda y bien integrada que nos presenta y nos invita a ir tras los pasos de Díaz en sus etapas formativas y encontramos elementos poco conocidos y valiosos para entender su conducta y la intensa actividad política que en distintas épocas de su proceso fue desarrollando”, agregó.

Destacó que su presencia fue fundamental para la reconstrucción del país luego de las guerras e intervenciones que no permitieron su adecuado desarrollo al consumarse la independencia.

Por su parte, Carlos Tello —descendiente del expresidente por lado materno— agradeció el apoyo de Lucas y de Javier Villarreal Lozano, director del CECUVAR, quienes le apoyaron para escribir la parte del texto que aborda lo sucedido en Coahuila durante ese tiempo.

Personaje de extremos. El autor, Carlos Tello y Lucas Martínez analizaron la figura histórica de Porfirio Díaz. / Orlando Sifuentes

“Esta es la segunda parte de una biografía que tendrá tres tomos sobre Porfirio Díaz, el primer tomo se llama La Guerra, este se llama La Ambición. El primero describe la vida de Díaz desde que nace e 1830 en Oaxaca hasta que con su ejército ocupa la Ciudad de México en 1867 con lo que triunfa la República y es derrotado el Imperio de Maximiliano”, explicó.

El segundo tomo aborda sus esfuerzos para hacerse con la silla presidencial por la fuerza —casi una tradición para la alternancia en el México del siglo 19—, primero de Juárez y luego, exitosamente, de Lerdo de Tejada, todo esto después de que el mismo Partido Liberal creará una campaña alrededor suyo con base en su popularidad como militar.

“El Partido Liberal se dividió en dos, por un lado están los que apoyaban la reelección de Juárez y por el otro están quienes están en contra de su reelección y estos últimos postulan la candidatura de Porfirio Díaz, de manera que no es Díaz quien construye la oposición a Juárez, sino que es la oposición a Juárez la que construye la candidatura de Díaz”, comentó.

La biografía propuesta por Tello es un texto que tras sus intenciones primarias de reivindicar la figura del “dictador” mexicano es también un llamado a ver la historia mexicana no desde la perspectiva oficial, sino de manera crítica y tomando en cuenta los detalles que cuentan lo que en verdad pasó, aunque ello ponga en cuestión si existieron en verdad héroes o villanos en la construcción de nuestra nación.