Julio César Chávez el orgullo de México

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Julio César Chávez el orgullo de México

Ilustración: Vanguardia
Pasan los años y el pugilista sinaloense se mantiene como la gloria deportiva más grande que ha dado nuestro país
Yo le contesté que qué bueno, porque él estaba muy grande y era muy bueno. Me dijo que siempre siguiera así”.
Julio César Chávez, platicando cuando Mohamed Ali lo visitó en uno de sus entrenamientos cuando boxeaba.

México ha tenido grandes deportistas que han dejado huella por sus grandes proezas. Pero hay uno muy especial, uno que puso el nombre de nuestro país en lo más alto.

Su nombre es Julio César Chávez, boxeador que pasará a la historia como un guerrero que nunca se rindió a pesar de las adversidades.

Desde niño todo estuvo en su contra. A los los 9 años consiguió trabajo como vendedor de periódicos en las calles de Ciudad Obregón, Sonora. La necesidad de su familia era mucha.

Al poco tiempo se fueron a Culiacán, su padre trabajaba en el ferrocarril y ante la falta de dinero para costear una casa, acondicionaron un vagón del tren para vivir. Un espacio muy reducido para padre, madre y 11 hijos.

Foto: Especial

Julio César siguió vendiendo periódicos, además de chicles, dulces y lavar carros. 

En sus ratos libres se la pasaba viendo entrenar box a sus hermanos Rafael y Rodolfo.

Hasta que un día se metió al gimnasio “Culichi” a curiosear y fue ahí donde conoció a Ramón Zurdo Félix, quien le vio talento y comenzó a entrenarlo a escondidas de su mamá. Fue a los 16 años cuando hizo sus pininos en combates locales. Más de 200 contiendas llevó a cabo antes de buscar el profesionalismo, casi todas en el Parque Revolución de Culiacán.

Y fue hasta la pelea por los Guantes de Oro cuando su familia lo vio arriba del ring. 

Tras consagrarse esa noche decidió hacerse profesional.

Ya en los combates de paga y sin contar con un gran cartel como currículum, José Sulaimán le dio la oportunidad de pelear por el título mundial superpluma del CMB en Los Ángeles, allá por 1984, ante el favorito Mario ‘Azabache’ Martínez. Luego de ocho asaltos, Chávez demostró que estaba destinado para conseguir cosas grandes.

La lista de celebridades del boxeo comenzó a rendirle tributo al “Gran César”. Victorias ante Roger Mayweather, Edwin el ‘Chapo’ Rosario y José Luis Ramírez, fueron el camino para ponerse a las puertas de la cúspide del boxeo mundial.

Foto: Especial

Fue un 17 de marzo de 1990, en el Hotel Hilton de Las Vegas, cuando enfrentaría al campeón del mundo y campeón olímpico Meldrick Taylor, quien era marcado como favorito por las casas de apuestas.

El norteamericano tenía todo a su favor: alcance, habilidad, técnica y currículum. Pero le faltaba algo que al mexicano le sobraba: corazón.

Se vivió una batalla de antología en la que el sinaloense parecía sucumbir ante la rapidez y elusividad del estadunidense, que durante todo el combate se mantuvo arriba en las tarjetas de los jueces.

Chávez soportó el castigo y respondía lanzando golpes al cuerpo, siempre proponiendo la pelea, siempre con la cabeza en alto. En el último episodio, con pocos segundos en el cronómetro, el culichi lanzó un derechazo que mandó a Taylor a la lona.

Años después el propio pugilista mexicano aceptó que ese ha sido su combate más difícil y que incluso sintió que estuvo cerca de la muerte.

Su fama se fue a las nubes, igual convivía con el Presidente de México o con los grandes capos de los cárteles de la droga. Él mismo aceptó dichas amistades en una entrevista: “Efectivamente los he conocido a todos. Me han llamado y he tenido que ir, porque si no, ustedes saben lo que le pasa a uno. Todos los narcotraficantes han sido muy amigos míos, porque a ellos les gusta el box y soy su ídolo también”, dijo a los micrófonos hace unos meses.

22 años de edad tenía Julio César ganó su primer título mundial. Fue el de superpluma del CMB y fue venciendo a Mario Martínez pro nocaut en el octavo episodio. / Foto: Especial

Dicha fama se reflejó el 12 de septiembre de 1992. Héctor “El Macho” Camacho lo retó por el título superligero de la CMB y el boricua no escatimó en insultos para el mexicano.

Fue tal la expectación que generó el combate que el propio presidente de ese entonces, Carlos Salinas de Gortari, exigió a Televisa que la pelea fuera transmitida por televisión abierta. El resultado fue una contudente victoria para Chávez.

Aunque tal vez la pelea que realmente demostró que el sinaloense es el mejor deportista mexicano de toda la historia ocurrió el 20 de febrero de 1993.

Greg Haugen lo retó por el título de los superligeros alegando que Chávez no merecía ese campeonato, ya que su récord de 84 victorias sin derrota se debían a que había peleado solo con taxistas de Tijuana.

Al enterarse que la pelea se llevaría a cabo en el Estadio Azteca, el estadounidense echó más sal a la herida asegurando que no había 130 mil mexicanos que pudieran pagar un boleto para ver la función.

Ante 132 mil 274 espectadores con boleto pagado y casi 5 mil a las afueras del Azteca que no alcanzaron localidades, Chávez salió con tanto odio por las ofensas recibidas, que para el quinto asalto el réferi detuvo la pelea al ver a Haugen deshecho a golpes.

Legado. A pesar de que Chávez se esmeró en que sus dos hijos continuaran con la dinastía, ninguno ha podido destacar en el deporte. / Foto: Especial

Esa noche se rompió el récord mundial de asistencia a una pelea de boxeo y nació una leyenda.

Más de 90 peleas invicto, cuatro títulos del mundo en tres diferentes categorías, son testigos permanentes de su grandeza.

El final de su carrera fue con una derrota el 17 de septiembre del 2005 contra Grover Wiley, su récord acabó con 115 ganadas, 6 derrotas y 2 empates. 

11 años después fue exaltado al Salón de la Fama del boxeo en medio de escándalos de adicciones a las drogas y de crisis financiera, sin embargo eso nunca podrá opacar su legado de 25 años de carrera profesional arriba del ring.

Sabías que...

Firmó un contrato de 7 millones de dólares para pelear contra Oscar de la Hoya. Un día antes de la pelea en su último entrenamiento, Julio César Chávez se cortó la ceja por lo que entró herido al ring.

Foto: Especial