Juguetes como 'Biología Plus' de Mi Alegría incitan a niños a la violencia, alerta grupo de prevención

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Juguetes como 'Biología Plus' de Mi Alegría incitan a niños a la violencia, alerta grupo de prevención

Foto: Especial
La venta de juguetes, como Biología Plus, de Mi Alegría, que incluye una rana muerta, incita a los niños a la violencia en vez de generar curiosidad científica, alerta la asociación civil El Muro, dedicada a desarrollar programas para disminuir la violencia social

Por Paris Martínez (@paris_martinez) para Animal Político

El juego de biología Mi Alegría, que incluye una rana muerta, no despierta la curiosidad científica de los niños, por el contrario promueve su curiosidad por abrir cuerpos de animales que sirven de juguetes, señala la asociación civil El Muro.

Animal Político informó la semana pasada sobre la fabricación y venta en México de un juguete de la marca Mi Alegría que incluye una rana muerta para su disección.

Patricia Lara – representante de esta asociación que desarrolla programas para disminuir la violencia social, a través de la protección a los animales –señaló en entrevista que en la “escalera” de violencia uno de los peldaños suele ser la agresión contra los animales.

La publicación generó puntos de vista encontrados entre los lectores; algunos se indignaron por la existencia de este producto, mientras que otros expresaron su insatisfacción, al considerar que este juguete no promueve la violencia contra otras formas de vida.

Entre los argumentos de los lectores que criticaron la información destacan, por ejemplo, que “la sensibilidad a verle las tripas a los animales es cuestión de edad. Entre más chico, menos rechazo, y eso no necesariamente te convierte en asesino serial”. Otro comentario fue: “esto es una soberana estupidez. Yo tuve uno (de estos juguetes) cuando niño y entendía perfectamente el propósito de diseccionar la rana. Jamás se supo de niños que mataban animales por haber jugado con esto”.

Lara explicó que problemas de violencia social, como la intrafamiliar, de género, delictiva, así como la homicida o la feminicida, son parte de una cadena de violencia, de la que también forma parte la agresión contra los animales.

“Una escalera de violencia habitual –detalló– se presenta cuando, por ejemplo, el papá llega enfadado a la casa y arremete con la mamá y luego la mamá reproduce ese esquema de violencia con el hijo mayor y él se va contra el más pequeño, y ¿contra quién arremete el más pequeño? Contra la mascota”.

En este esquema de violencia, destacó la integrante de El Muro —que imparte pláticas y desarrolla actividades culturales en centros escolares— “el niño o la niña aprenden que desquitarse con el más débil o con el más pequeño es normal. Es ahí cuando existe un riesgo potencial de que lo que hacen con la mascota o con el animal silvestre se replique luego contra aquellos que este menor considere inferiores en la escuela, o en el propio hogar”.

Un ejemplo concreto de este fenómeno de violencia, detalló Patricia Lara, es el caso del niño de seis años que, en 2015, fue torturado y asesinado en Chihuahua por otros cinco adolescentes (de entre 12 y 15 años al momento de los hechos).

“Vemos un círculo vicioso en el que la violencia hacia los animales permite identificar otros problemas, que van más allá de los animales”.

Entre las actividades preventivas desarrolladas por El Muro, esta agrupación civil mantiene en la actualidad una campaña dirigida a la población del Estado de México, mediante la protección animal.

Es en este contexto, abundó Patricia Lara, la creación y venta de “este tipo de juguetes, como Biología Plus de Mi Alegría, que incluye una rana muerta, incita a los niños no a que tengan curiosidad científica, sino a que tengan curiosidad por abrir cuerpos de seres que murieron sólo para que dichos niños jugaran”.

Concluyó que la fabricación de este juguete podría representar una violación al artículo 49 de la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, según el cual “ningún particular puede vender, alquilar, prestar o donar animales para que se realicen experimentos en ellos”.

El organismo gubernamental encargado de hacer valer esta ley es la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México, con la cual Animal Político se comunicó desde principios de enero, para saber su postura en torno a la fabricación de este juguete, sin que hasta la fecha se haya obtenido respuesta.

De entre los argumentos expuestos por los lectores, destacó también el de Rocío Moreno, en contra del uso de animales muertos como juguetes, aún cuando la intención pueda ser la promoción del interés científico.

“Yo soy bióloga –explicó Rocío–, y estoy realizando mi maestría, enfocada a la conservación de anfibios. Jamás necesité de un juego para decidir mi vocación. A veces, la simple educación familiar y las herramientas que tenemos (libros, videos, buenos maestros) son suficientes para que desarrolles amor por la vida y la ciencia. Durante la carrera, me di cuenta que todo el conocimiento lo había adquirido por libros, buenas clases y la práctica en la vida real, y me arrepiento de muchas cosas. Matar animales completamente sanos, colocarles electrodos, someterlos a experimentos abrasivos o disecarlos jamás me ayudó a adquirir el conocimiento que tengo de anatomía comparada, taxonomía, evolución, conservación”.

Pero Rocío no sólo compartió su opinión con Animal Político, sino que inició una petición a través de la plataforma Change.org, para demandar la “transformación del kit Biología Plus de la empresa Juguetes Mi Alegría en México”.

Por Paris Martínez (@paris_martinez) para Animal Político