El rugby es uno de los deportes más rudos, los elementos que practican la disciplina están acostumbrados a los golpes y el dolor en cada juego es inminente. 

En Argentina, la fuerza con la que juegan es tanta que un jugador del equipo de Aguará Guazú fue suspendido por 99 años por morder y arrancarle el dedo a su rival. 

Víctor Macías, jugador del Aguará disputaba un balón con Daniel Contreras, de Corsarios y según el árbitro Fernando Martorell, Víctor Macías se levantó para continuar jugando mientras que Daniel se puso rápidamente de pie para gritar que lo habían mordido. 

El árbitro mandó llamar al doctor para ver que le faltaba parte del dedo meñique de la mano izquierda.

Los médicos buscaron el dedo para pegárselo pero al estar tan deteriorado y con barro no servía más y no pudieron regresarlo a su mano. 

El jugador del Aguará se retiró expulsado del encuentro, sus rivales querían "comerlo vivo". 

Daniel Contreras, el jugador que perdió el dedo, tendrá que empezar una nueva vida sin una parte del cuerpo. 

Los compañeros de Víctor no creían que fuera capaz de la agresión pero la Unión de Rugby de Tucumán dio a conocer un boletín donde explicaban que el jugador de Aguará no podría jugar rugby por 99 años debido a la lesión que sufrió el corsario, al que le cortaron la falange superior del dedo meñique de la mano izquierda.