Usted está aquí
Juegos sexuales: pierde el que primero eyacula
MADRID.- La noticia ha hecho saltar todas todas las alarmas, algunos de nuestros adolescentes practican juegos sexuales de alto riesgo como el llamado juego del muelle o ruleta rusa. Los chicos se sitúan en círculo y mientras mantienen la erección, las chicas se sientan sobre ellos alternativamente cada 30 segundos para forzar la penetración. Pierde el que primero eyacula.
Ante esta y otras realidades como la relajación en el uso del preservativo, una mayor promiscuidad o las adicciones sexuales tempranas, los especialistas alertan sobre el aumento de enfermedades de transmisión sexual y embarazos tempranos.
También coinciden en señalar que la educación sexual es todavía un asignatura pendiente y aclaran: la educación sexual no es sexo es conocimiento, y en contra de lo que se piensa no sólo implica un adelanto en el inicio de las relaciones sexuales coitales, sino que lo retrasa.
La conducta transgresora es inherente a la etapa de la adolescencia, pero este tipo de conductas como el juego del muelle, aunque minoritario, y su grado de peligrosidad vienen “muy provocadas” por el modelo actual de sociedad y de familia en la que vive el joven, según el psicólogo Jorge López Vallejo.
La familia
De acuerdo con López Vallejo hay dos modelos familiares que son los que tienen más riesgo de que sus hijos caigan en estas conductas adictivas o transgresoras. Y estos dos modelos son los autoritarios o los muy laxos.
En el autoritario, los valores que se aplican están basados en la prohibición, lo que empuja al adolescente a sentir la necesidad de transgredir y descubrir que le están prohibiendo, o los muy laxos y muy democráticos que entienden la educación de sus hijos en base a la libertad y el crecimiento personal sin ninguna instrucción, inspección, sin ningún valor, con lo que los niños ”navegan sin rumbo en un mundo actualmente cargado de tentaciones”, y más al alcance de la mano que en el pasado.
También esta el modelo intermitente, la familia que cambia de criterio al ver que un modelo no le funciona, o aquella en la que el padre es muy autoritario y la madre muy laxa, o la que predica una cosa pero luego en su día a día hace lo contrario.
Y la clave a la solución de los problemas con adolescentes, sostiene el psicólogo, no está tanto en intervenir sobre los adolescentes sino sobre el modelo que han adoptado las familias. Sucede además que los padres son los últimos en enterarse de que los hijos están practicando conductas sexuales de riesgo.