Río de Janeiro albergará los Juegos Paralímpicos entre el 7 y el 18 de septiembre. Y en lugar de estar rodeada por entusiasmo y alegría, la previa del evento deportivo se encuentra abrumada por una fuerte crisis económica.

El conflicto inició por la escasa venta de entradas a poco más de una semana para el inicio del certamen. Al día de hoy, se ha vendido sólo el 20% de los boletos y gran parte de estos se han lanzado a precios más bajos de lo normal: 10 reales (USD 3,09), cuando habitualmente los más baratos rondan los 8 dólares.

Por este motivo, el presupuesto destinado en un principio se volvió insuficiente y provocó que el Comité Organizador admitiera la necesidad de al menos 250 millones de reales más (75,8 millones de dólares).

El jefe de Gabinete del Gobierno Nacional, Eliseu Padilha, se comprometió a conseguir cerca de 45,4 millones de dólares por su cuenta, pero el faltante deberá salir de las arcas públicas.

La crisis generó preocupación en el Comité Paralímpico y su presidente, Philip Craven, quien aseguró que "nunca en 56 años de historia, los Juegos Paralímpicos habían afrontado circunstancias como estas".

Durante estos días los organizadores han negociado con los patrocinadores para que reabran sus billeteras y mientras tanto el Estado ha "destrabado" los fondos para poder financiar los viajes de los atletas de más de 150 países que necesitan llegar a Río este fin de semana.

Al mismo tiempo, Padilha pidió a las autoridades de Río de Janeiro que se hagan cargo de una parte de los gastos, pero el alcalde Eduardo Paes argumentó que "el tribunal electoral dice que el municipio no puede hacer gastos no previstos en un año electoral".

Estos conflictos obligaron al Comité Organizador a recortar el presupuesto destinado a los traslados de los deportistas dentro de Río de Janeiro y a las comodidades para la prensa.

Por ese motivo, habrá disminución del personal, cambios en los servicios de transporte para las delegaciones, cierre de una serie de centros de prensa y reubicación de eventos para permitir la desmantelación del Estadio de Deodoro.

En comparación con otros Juegos, Londres 2012 había superado la venta de 2 millones de boletos (estableciendo un récord histórico) y durante Beijing 2008 se vendió más del 75% de las entradas, 1,65 millones. Por ese motivo los organizadores lanzaron a la venta 2,5 millones de tickets, de los cuales sólo se vendieron 600.000.