Jubilarse a los 68

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Jubilarse a los 68

Mientras la atención de todos continua centrándose en la crisis del desabasto de gasolina y las formas políticas enfocadas en el combate al huachicoleo, las generaciones de jóvenes siguen corriendo el riesgo de que el tema de las pensiones se borre de la agenda pública y estemos en presencia de otro sexenio más, en el cual sigamos sin entrarle de lleno a este tema de toral importancia.

En un estudio reciente publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), titulado “El futuro de los ahorros: el papel de las pensiones en un mundo que envejece”, el organismo internacional recomienda a las generaciones nacidas entre los años 1990 y 2009, jubilarse hasta los 68 años de edad. Lo anterior con el propósito de estar en posibilidades de alcanzar un stock de ahorro que les permitirá medianamente cubrir sus necesidades, una vez concluida su etapa productiva, en un contexto de incrementos en la esperanza de vida.

Desde luego, en el citado informe, el FMI insta también a los Gobiernos a diseñar esquemas de pensiones que induzcan a las personas a alargar su vida productiva, así como instrumentos financieros que incentiven el ahorro voluntario.

No obstante el contenido de este informe, que no hace sino más que poner el dedo en la llaga en un tema ya abordado hasta el cansancio por especialistas –e incluso por las misma Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) durante la pasada administración – el tema parece estar ausente en la agenda del actual Gobierno.

En un mundo que se mueve vertiginosamente al ritmo de los avances tecnológicos y de inteligencia artificial que vendrán a dar un giro de 180 grados a las necesidades del mercado laboral, en un contexto de sustitución acelerada de mano de obra por tecnología, el panorama no luce nada alentador en materia de pensiones, ya que lo prioritario para la fuerza laboral productiva será en el corto plazo, encontrar cabida en un mundo con escasas oportunidades de empleo. Ya no digamos sobre mirar a un horizonte de largo plazo hacia entradas sus siete décadas de vida.

Un plan que pretenda hacerle frente de manera exitosa al problema social que se avecina en materia de pensiones, tendrá que pasar por valorar en su justa dimensión la importancia de un sistema educativo, que permita brindarle a las actuales generaciones de niños y jóvenes las herramientas adecuadas y destrezas pertinentes que les permitan a los futuros profesionistas comprender adecuadamente el funcionamiento del mercado laboral del Siglo 21 e insertarse competitivamente en este.

En México, segados por ideologías absurdas y primitivas, pretendemos dar marcha atrás a los raquíticos avances que hemos logrado, al pretender suprimir una reforma educativa, que apenas es el primer paso en un largo camino por recorrer hacia la dirección correcta.

Y por si fuera poco, las esperanzas de que podamos subirnos al tren que nos lleve como país a la ruta de capitalizar los beneficios derivados de la economía del conocimiento, se nos vienen abajo cuando escuchamos a la clase gobernante hablar de ese anacrónico término de “soberanía científica y tecnológica del país”. ¡Sí, en pleno Siglo 21!

 

Economista y Catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila