Los seis jóvenes encontrados muertos el domingo en una casita de jardín en la pequeña localidad de Arnstein, próxima a Wurzburgo, en el sur de Alemania, murieron intoxicados por monóxido de carbono, informó hoy la Policía.

Los jóvenes, de entre 18 y 19 años, habían acudido la tarde del sábado a una fiesta privada en una casita situada en el jardín del padre de dos de ellos.

Cuando el domingo por la mañana el padre no logró contactar con ninguno de sus hijos, quiso acercarse a ver si todo estaba bien. Fue en ese momento cuando descubrió los cuerpos y avisó a los servicios de emergencia.

Tras encontrar los cuerpos, la Policía ya había informado que no había indicios de que hubiera sido un crimen. Al mismo tiempo confirmaron que los jóvenes habían calentado la casita con un horno de leña.

"La causa de cómo salió el gas tóxico está siendo aún investigado actualmente por la policía criminal", informaron las autoridades germanas en un comunicado de prensa.