Jóvenes de Gales pagan una libra por los derechos de un relato de Stephen King

Usted está aquí

Jóvenes de Gales pagan una libra por los derechos de un relato de Stephen King

El escritor de novelas de terror Stephen King vendió los derechos de su relato "Stationary bike" a un grupo de jóvenes de una escuela de cine de Gales por 1 libra. Foto: AP
Kevin Phillips, de la productora Green Valley Film Productions, contó que se puso en contacto con la oficina de King, que respondió a las 24 horas para darles el permiso de adaptar el relato, a cambio de la simbólica cantidad de una libra.

El escritor de novelas de terror Stephen King vendió los derechos de su relato "Stationary bike" a un grupo de jóvenes de una escuela de cine de Gales por 1 libra (1.13 euros), anunció la institución.

Los miembros de la escuela de cine de la región galesa de Blaenau Gwent, que cuenta con el apoyo de la organización benéfica "Children in Need" de la BBC, decidieron escribir a King cuando estudiaban adaptar a la gran pantalla una de sus obras.

Kevin Phillips, de la productora Green Valley Film Productions, contó que se puso en contacto con la oficina de King, que respondió a las 24 horas para darles el permiso de adaptar el relato, a cambio de la simbólica cantidad de una libra.

"Fueron fantásticos. En pocos días, se firmó el contrato y enviamos un dólar real (77 céntimos de libra, 87 céntimos de euro) a Estados Unidos", dijo a la prensa Phillips, que será el encargado de dirigir la cinta.

El escritor de novelas de terror Stephen King vendió los derechos de su relato "Stationary bike" a un grupo de jóvenes de una escuela de cine de Gales por 1 libra. Foto: AP

Según el acuerdo, los adolescentes enviarán una copia de la película al prolífico autor y no podrán obtener ganancias con la misma, aunque esperan que se proyecte en varios festivales.

Alfie Evans, de 16 años, y Cerys Cliff, de 14, se encargan de escribir el guión y ya han elegido al actor que protagonizará el filme, que cuenta la historia de Richard Sefkitz, un artista que decide pedalear en una bicicleta estática en el sótano de su edificio en Nueva York para ayudar a combatir el colesterol alto.

Para matar el aburrimiento que esta tarea le comporta, decide comprar un mapa y trazar una ruta desde Nueva York hasta la ciudad de Herkimer.

A diario marca la cantidad de millas que ha recorrido, pero, a medida que avanza, empieza a tener una extraña sensación: alguien lo sigue en sus viajes diarios.